—Por favor —juntó sus manos a manera de súplica.
Llevaba desde la primera clase intentándolo, e irritando a Jennie en cada ocasión que se lo volvía a preguntar.
—Por milésima vez, no te acompañaré a un estudio de tatuajes—.
Se detuvo, haciendo que la chica que la seguía detrás casi chocara con su espalda.
—Vamos, será divertido —Lisa se situó frente a ella.
¿No le dolían las mejillas de tanto sonreír?
—No encuentro divertido ver cómo te tintan la piel con una aguja —una de sus características muecas apareció por unos segundos, pero rápidamente su semblante serio regresó— además, tengo un montón de tarea. Y tú también, deberías ponerte al corriente si no quieres repetir el año—.
Mentira, mentira, mentira.
Moría de curiosidad por acompañarla a ese lugar y ver qué dibujo adornaría su piel.
—Por eso eres mi tutora —le dijo como si fuese lo más obvio del mundo.
Llevaba más de cuatro meses siéndolo, sintiéndose orgullosa de los avances que la chica presentaba día a día.
—Mi deber es explicarte lo que no entiendes, no hacer el trabajo por ti —bufó, de pronto molesta, por lo que siguió caminando.
La decepción la invadió al darse cuenta que Lisa no la siguió, quedándose en su sitio con la cabeza baja.
Más tarde, cuando se disponía a regresar a su hogar para descansar y alimentarse, una voz la detuvo.
—¿Puedo ir a tu casa? Necesito ayuda con la tarea de matemáticas—.
Su mirada no se despegó del suelo mientras le hablaba, ni sus manos se movieron, pues estaban sujetas detrás de su espalda.
—Creí que ya tenías mejores planes —cruzó sus brazos.
Internamente quería que Lisa le pidiese de nuevo que la acompañara, y ahí si no se negaría.
Un pinchazo de remordimiento la atacó al ver que la otra sólo se encogía de hombros, pero no respondió.
Caminaron hasta aquella casa, Jennie con los audífonos puestos a todo volumen, y Lisa perdida en sus pensamientos mientras llevaba a su lado la bicicleta que le servía para transportarse a todos lados.
—Los signos están mal, por eso te equivocas al calcular el resultado—.
Una hora fue suficiente para que el rostro de la pelinegra se tiñera de un color rojizo a causa del estrés.
O eso pensaba Jennie.
La verdad es que Lisa se avergonzaba por fallar una y otra vez en aquel ejercicio matemático.
—Odio la escuela, esto no me servirá de nada —se quejó, lanzando el lápiz sobre el cuaderno para después cerrarlo con fuerza.
Parecía una niña pequeña, con paciencia nula ante la adversidad.
—Mira —la castaña se acercó más a ella, sus hombros se rozaban ligeramente— cuando ambos signos son iguales, siempre será positivo —sujetó el lápiz y trazó el ejemplo sobre el papel— cuando son diferentes, será negativo —terminó de escribir y se giró para verla.
¡Ups!
Sus rostros quedaron muy cerca uno del otro, sus narices casi chocaban, y sus ojos se abrieron al percatarse de su posición.
El magnetismo entre sus bocas era irresistible, pero algo les impedía hacer el siguiente movimiento, y terminaron por alejarse un poco.
Una distancia prudente.
—Tengo que irme —Lisa se levantó de la silla y guardó sus cosas en la mochila lo más rápido que pudo— gracias —se acercó para dejar un beso en la mejilla de Jennie.
Un cosquilleo ahí donde sus labios se habían presionado.
El sonido de la puerta principal cerrándose la regresó a la realidad.

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One, Two, I Love You.
Short Story"Cierra los ojos y cuenta hasta tres." Ranking: 🥇 Jenlisa 03/08/22 🥇 Jennie Kim 03/08/22 🥇 Lalisa Manoban 03/08/22 🥉 Lisa 13/08/22 🥇 Jennie 25/09/22 🥇 Blackpink 31/01/23