XXXIV.

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-¿Qué le sucede? -Cole le susurró a su hermano, señalando con su cabeza a la chica sentada frente a ellos.

Lisa tenía alrededor de media hora jugando con su comida, sin probar bocado. Suspiraba cada cierto tiempo y una sonrisita sospechosa estaba plasmada en sus labios.

El gemelo se encogió de hombros. Ambos le lanzaron una mirada interrogante a Dua, quien estaba sumida en su teléfono, pero al sentirse observada resopló y apagó el aparato.

-Lisa -no obtuvo respuesta- Lalisa -nada- Manoban -la ignoró olímpicamente. -Ahí viene Jennie -mintió, sonriendo triunfante al notar el sonrojo violento de su amiga mientras buscaba a la mencionada.

Había dado en el clavo.

-Te odio -le tiró un trozo de fruta a la inglesa, molesta por caer en su trampa.

-Hey, no desperdicies la comida -Dylan tomó la fruta del regazo de Dua y se la llevó a la boca.

-Eres asqueroso -hizo una mueca. -¿Ya nos dirás por qué estás tan distraída? -cuestionó.

-No es nada-.

-A mí me parece que Kim se puso agresiva -Dylan se burló, al percatarse de una pequeña marca en el cuello de Lisa.

No era la única, pero afortunadamente su ropa cubría las demás.

Se tapó la cara con ambas manos, sintiéndose arder por la vergüenza, los comentarios de sus amigos no ayudaban.

-¿Algo que quieras contarnos?-.

-Estoy tan jodida -dijo, sin dejar de ocultarse.

-Ni tanto, aún puedes caminar normalmente -la chica se burló, ganándose el impacto de otro trozo de fruta, directo en su frente.

-Entonces ya dieron el paso -Cole permanecía tranquilo, el no disfrutaba molestarla, por lo que fue más discreto.

-Sí -quitó las manos de su cara, sonriendo inconscientemente. Se sentía más feliz que nunca.

-Mi pequeña está creciendo -Dua fingió limpiarse una lágrima y se acercó a ella para abrazarla con orgullo.

-Ahórrate el drama, Lipa -la empujó juguetonamente. -¿Cuándo me presentarás a tu misterioso novio?-.

Fue el turno de Dua en sonrojarse.

-No sé de qué hablas -carraspeó- parece que el oxígeno no te llega al cerebro, estás delirando -bromeó para ocultar los nervios.

-Como digas -le guiñó y comenzó a comer.

Al otro extremo de la cafetería se encontraban Jennie y Moonbyul en una situación similar.

-¿Debería amarrarte a la silla? Pareciera que en cualquier momento te lanzarás sobre ella -la mayor continuó burlándose al ver cómo su amiga no le quitaba la vista de encima a Lisa.

Esa mañana se había topado con una radiante castaña, dejando atrás todo rastro de tristeza que la envolvía desde hace días. No tardó en descubrir la razón, y, a pesar de que sintió un pinchazo en su interior, se alegró y agradeció mentalmente a Lisa por devolverle esa adorable sonrisa gomosa que tanto extrañaba.

-Estoy considerándolo seriamente -le siguió el juego.

-Jane, ¿hablaste con ella? -preguntó con cuidado. No quería presionarla, pero era mejor que Lisa estuviera al tanto de lo que sucedía.

-No -respondió tajante, su rostro volviéndose completamente serio- cuando tenga oportunidad lo haré. Los exámenes han comenzado y no quiero que se distraiga por tonterías-.

Moonbyul asintió. Tenía razón.

-Todo saldrá bien -posó su mano sobre la de ella, la cual descansaba en la mesa y le dio un amistoso apretón.

-Ojalá -la castaña hizo un puchero, dedicándole una última mirada a su novia.

One, Two, I Love You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora