XL.

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La luz del sol se colaba por la ventana, dándole directo en la cara. Arrugó la nariz ante la molesta sensación, y se dio la vuelta, abriendo los ojos con pereza.

Se estiró e intentó levantarse, pero un delgado brazo alrededor de su cintura se lo impidió.

Lisa se asustó y se zafó inmediatamente de aquel agarre. ¿En dónde estaba? Le echó un rápido vistazo a la habitación, la cual no reconoció. Esa no era su casa.

-¿Lili? -Jennie se despertó ante la ausencia del cuerpo al que solía abrazar por las noches. La encontró de pie al lado de la cama, visiblemente nerviosa. -¿Qué sucede, mi amor?-.

La chica ladeó la cabeza con confusión, ¿por qué la llamaba así? Nunca antes la había visto.

-¿Quién...? -su voz salió más ronca de lo normal, así que se aclaró la garganta antes se hablar otra vez- ¿Quién eres tú?-.

El corazón de la castaña dejó de latir por un segundo. ¿Qué clase de broma era esa?

-Jennie Kim -dijo, mirándola fijamente- tu novia-.

-Yo... yo no conozco a nadie con... con ese nombre -se removió incómoda- y mi última novia fue Tzuyu-.

Quería salir corriendo.

Quería gritar y patalear.

Eso no le podía estar pasando, debía ser un malentendido.

-¿Tzuyu? ¿Tú...? ¿¡De qué mierda estás hablando, Lalisa!? -se levantó de la cama, acercándose a ella.

La más alta se encogió en su sitio ante el grito, y se apartó rápidamente de la castaña. No la quería cerca, era una completa extraña para ella.

-Quiero ir a casa, ¿dónde están mis padres? -preguntó en un hilo de voz.

Parecía una niña pequeña, completamente asustada, atrapada en el cuerpo de un adolescente.

-Lisa... Lili -intentó llamarla de la manera más cariñosa posible- mírame -pidió- por favor, mi amor-.

-¡N-no te acerques! -negó repetidas veces con los ojos cerrados.

Jennie permaneció quieta en su sitio, aguantando las lágrimas por el rechazo.

-¿Qué está pasando aquí? -la señora Kim entró en la habitación, atraída por los gritos. No obtuvo respuesta, solo una escena de lo más triste. Lisa comenzó a llorar, sujetándose la cabeza con ambas manos, mientras su hija evitaba hacer el mínimo movimiento. -Cariño, ¿pelearon? -la castaña negó, agachando la cabeza y apretando los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos. "Cuenta hasta tres, es una pesadilla", se dijo a sí misma. "Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Uno, dos, maldita sea". Se sentía demasiado real, y dolía. -Hey Lis, ¿qué pasa? ¿Te sientes mal? -se dirigió a la otra chica, pero fue ignorada.

Todo lo que se podía escuchar dentro de esas cuatro paredes era la respiración irregular de Lisa.

Diez minutos transcurrieron de esa manera, los cuales se sintieron eternos.

-¿JenJen? -esa voz la hizo levantar la cabeza de inmediato, topándose con un rostro afligido.

Todavía se encontraba desorientada y sentía que su cabeza estallaría en cualquier momento, pero eso no le impidió acercarse lentamente y la abrazar a la pequeña chica, apretándola contra su cuerpo.

-Lo siento -murmuró, besando todo su rostro con insistencia. -Lo siento, lo siento mucho -apoyó su mejilla en la sien de la castaña, rompiendo en llanto otra vez.

Jennie se aferró con fuerza a su cintura, temiendo que el episodio se repitiera en cualquier momento.

Lisa la había olvidado por primera vez.

One, Two, I Love You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora