Los Otros #1

Capítulo quince

Una mujer habìa cruzado cerca de una tienda de electrodomésticos preguntándose muchas cosas sobre el mundo. Observaba las noticias que salían de los televisores, todos eran acerca de los acontecimientos que pasaban en el mundo actual.

--son tan crueles los humanos--se había dicho a sí misma mientras veía las imágenes de muerte y crueldad--.

Un periodico llegó a sus pies con un titular en todo el encabezado que llamó mucho su atención: asesinatos múltiples.

Se sorprendió mucho con aquel encabezado y dejó de caminar. El cielo era gris y las gotas de lluvia no tardaban en caer sobre ellos, la mujer tragó saliva y pasó su mano sobre su cabello rojo como el fuego, sus labios rojos comenzaron a moverse lentamente transmitiendo un suave susurro que pronto se había quedado en el olvido.

--¿porque destruir algo que ya está destruído?, no lo entiendo--se referìa a los seres humanos, a las personas que pasaban junto a ella, cada uno yendo a algún lugar a hacer quien sabe que cosa--, en fin, debemos cumplir con nuestro trabajo.

La mujer siguió caminando hasta que una vez mas se detuvo, esta vez cerca de un hombtr que andaba pidiendo dinero en la calle, el hombre la miró a los lejos y extendió la mano para recibir algo de dinero. La mujer torció sus labios en un suave sentimiento de dolor y melancolía y entonces recordó algo, respiró profundamente y agarró la mano del pobre hombre.

--no tengo dinero pero te puedo dar algo mejor, protección--le dijo--, protección contra tus peores pesadillas...

El hombre cascarrabias quitó su mano de la suya y se enojó un poco.

--¿para qué quiero eso mujer?,no se burle de mi condición.

--no lo hago, lo que digo es que dentro de muy poco el dinero ya no tendrá importancia...

--vállase de mi vista.

La mujer puso los ojos en blanco y se retiró del lugar desolucionada.

Un hombre se le acercó y puso su mano en el hombro de la chica.

Llevaba un abrigo y una capucha que cubría su cabeza, tenía un par de guantes negros de lana y sus ojos eran azules.

--Dianne, ya es hora

--¿tan pronto?

--sí, la ira de una pesadilla no se puede contener durante mucho tiempo.

--está bien

Ellos habían estado esperando el momento del fin, donde el reloj ya no tenga sentido alguno y pierda todo su poder,observaron a las personas durante toda su vida (2000 años), uno de ellos lloró cuando la segunda guerra mundial estalló y vió como el mundo se hacia pedazos, se escondieron bajo los escombros de las personas y esperaron hasta el gran día.

Dianne lo miró y sus ojos se tornaron rojos como lava ardiendo, entonces su alma se llenó de oscuridad.

--el humano es un ser irracional.

--¿nosotros no lo somos?

--es porque fuimos creados a imagen y semejanza, somos el conjunto del odio que emana de sus mentes.

-- que poético Cleyton.

--trato de ser elegante.

Cleyton la abrazó y entonces comenzó el aguacero, las gotas inundaron las calles y golpeaban las ventanas de los autos, la gente comenzó a salir con paraguas a las calles y seguían sus vidas sin importarles nada.

Dianne los miraba y la sonrisa de su rostro cambió, entonces comenzó a caminar frente a las personas y todas ellos la ignoraban. Un hombre rozó su hombro y ella sujeto su brazo, ambos se detuvieron y entonces el horror comenzó, extendió su mano y sus uñas se alargaron en menos de un segundo atravesando su pecho. Todos se quedaron atónitos y comenzaron correr gritando por sus vidas.