Capítulo veintiséis

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El telescopio se encontraba en el parque sobre la manta que había puesto mi mamá antes de que fiesta comenzara, el regalo favorito de mi hermana ya que a ella le gusta ver mucho las estrellas, eso lo convierte a este hombre en su tío favorito, un hombre que era bondadoso con los demás y no le importaba recibir nada a cambio ya que las sonrisas de las personas eran como su regalo. Creció creyendo que éramos muy torpes pero con la esperanza de que algún día mejoraríamos para ser hombres cambiados.

Todos sus sueños se despedazan frente a mí, incluso su imagen me parece algo turbia cuando lo miro directo a los ojos, los míos también son rojos, no puedo diferenciar la crueldad dentro de su cuerpo por alguna razón.

--eres...eres --no tengo palabras, todas estas les han crecido alas y se han ido para siempre, de hecho ni siquiera puedo respirar bien ya que el odio me azota por dentro y me lleno de una ira interminable--.

--Scott, él no es quien tú piensas que es-- la escucho decir a Dianne, ella me mira con sus ojos fríos y asiente con la cabeza--, tiene la habilidad de cambiar su apariencia física, por dentro él es solo oscuridad.

--gracias.

Me doy media vuelta y el rostro de Kore ha cambiado, entonces la oscuridad rodea su rostro y se funden en un solo vacío dentro de esa capucha donde solo puedo verle los ojos.

--casi Scott, casi eras mío.

--pero fallaste, por un momento pensé que eras mi tío --levanto la espada--, no medí mi capacidad para reaccionar ante tal sorpresa y casi te ataco como si fueras él.

-- ¿Por qué atacarías a tu propia familia chico?

--porque se supone que él debía haberla protegido y pues, habernos mentido es un boleto directo hacia su tumba.

-- ¿a quién?

--a mi madre, en fin, ¿continuamos la pelea?

Kore comienza a reírse de nuevo, creo que se acaba de dar cuenta de que los juegos mentales ya no funcionaran conmigo, lo único que le queda ahora es el combate físico.

El viento supla una vez más y ciento como mis alas se vuelven ligeras, levanto la mirada y respiro el aire de la madrugada y como me acaricia el cabello de una forma tan serena. Ha sido una de mis más grandes amigas desde que los otros aparecieron, de hecho la brisa se puede entender como un fenómeno que trae calma.

Lo has hecho Scott blue, has hecho poesía en medio de una batalla.

--Dianne, no puedo creer que te hayas ido y nos hallas traicionado.

--lo hice y es mi decisión, ustedes son unos malditos asesino.

--tú también lo eres ¿no?

--no me importa, ustedes son los culpables de la muerte de mis padres.

--fue la única forma de conocer el infierno Dianne, además tú eres un Reaper, no deberías sentir amor.

Ella torció la mirada hacia el suelo y yo le di mi mano para que la viera, no sé qué es lo que está pensando en este momento, quizá esté recordando lo que paso aquel día o noche con sus padres, revivir una pesadilla no es bueno para el corazón, te llena de nuevo de odio y te daña el alma, supongo que lo hace solo para llenarse con el odio. El fruto de sus acciones han sido gracias a la muerte de sus padres, entonces ella no confiaba en los seres humanos hasta que descubrió lo que pasó en verdad y la verdadera identidad de sus asesinos.

La metieron a ese mundo donde las pesadillas mataban a otras personas y estuvo por mucho tiempo en ese lugar, se convirtió en una asesina.

--no te preocupes, él ya no va a atormentarte más.

Los Otros #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora