Capítulo veinticinco

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Mis ojos se pierden en el vacío de la noche, todo esto está pasando gracias a mi hermana y a mi deseo constante de recuperarla, de volverla a ver como siempre la veía todos los días y de darle un fuerte abrazo, decirle que la vida está llena de problemas pero que nosotros sabremos cómo resolverlas, somos humanos, frágiles como una copa de vidrio pero persistentes como las olas del mar.

Me inclino hacia adelante sintiendo un fuerte aroma a margaritas, la noche estaba muy tranquila al principio, antes de que ellos vinieran.

Nunca supe que me metería en una guerra, pensé que la paz iba a quedarse para siempre a pesar de los conflictos que las personas tienen a diario, pero no uno a escala mundial, como cuando los aliens vienen e invaden nuestro planeta y nos esclavizan a todos, creí que íbamos a terminar así pero terminó de otra manera y ahora estoy luchando y quizá no sea por mi libertad ya que ellos me quieren matar, sino que ahora estoy peleando por seguir adelante.

--sabes que vas a perder humano--escucho la voz de Dianne detrás de mí, ella se lleva la mano a la garganta y comienza a toser--, eres débil, solo huye y déjame aquí, tengo asuntos pendientes con él.

--en ese estado creo que serás tú la que pierdas--le digo e inclino un poco la cabeza hacia ella, la espada sigue levantada en el aire, temblando un poco pero estabilizándose hasta quedar completamente petrificada--.

Ella me mira y gruñe, sigue sin entender como un ser humano es capaz de proteger a una pesadilla viviente, es como si fuera un verdadero masoquista y en vez de huir de mis pesadillas la trato de salvar, quizá porque me he convertido en alguien que sepa lucha contra ellas o porque simplemente no soy como ellos. Yo soy un ser humano.

--tus actos reflejarán tu futuro, serás polvo dentro de muy poco humano.

Ignoro lo que me acaba de decir y me concentro en la batalla. El hombre llamado Kore baja su espada y queda con el brazo balanceándose de un lado al otro. Su otro brazo yace en el suelo, intacto pero carente de vida, su fría oscuridad ahora se concentra en sus ojos y la espada brilla intensamente.

--si te vas ahora mismo humano te prometo que no te seguiré y te mataré como si fueses un tonto cerdo, hazlo ahora y déjanos solos.

--no -me niego, mi voz sale al instante y lo callo, entonces me doy cuenta de que esto es una locura, mi mente calla y mi boca habla--, no te dejaré hacerlo.

--entonces te enterraré aquí mismo.

Él comienza a correr con la espada en el aire y yo hago lo mismo, durante los segundos que nos separa del gran colapso algo se mete en mi cabeza, una luz blanca que sale desde un campo vacío lleno de tierra, la luz se refleja en mis ojos y luego el color rojo ha emergido de la nada. ¿Qué soy ahora?

Las espadas chocan y despiertan una gran fuerza inimaginable dentro de sus hojas, entonces la espada de Kore brilla con fuerza y me lanza en el aire, caigo al suelo y la ráfaga de luz pasa sobre mi hombro produciéndome un gran corte en la piel y rasgando mi camisa un poco, ruedo hasta detenerme, como tierra y soplo en ella pareciendo un suspiro perdido, sin embargo me levanto de nuevo y sonrío. ¿Por qué lo hago, estoy loco, he perdido la cabeza completamente o aquel golpe me dejó bobo?

La sangre cae por mi brazo hasta el suelo y mi espada queda colgando de mi mano, mis ojos arden sobre un camino infinito de recuerdos y comienza a soltar esperanza a pesar de cómo se ven las cosas en este momento. Él sin un brazo y yo con el hombro herido.

--¿por qué te levantas?

--porque he caído y mi naturaleza es levantarme de nuevo.

-- ¿Por qué?

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