Capítulo 72 | 𝐄𝐋 𝐀́𝐂𝐈𝐃𝐎 𝐘 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐀 𝐃𝐄 𝐃𝐎𝐒 𝐀𝐋𝐌𝐀𝐒

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Roen miró sonriente a Daniel.

— Así que, Daniel... Aunque mañana muera... No quiero que odies ni guardes rencor hacia nadie, porque es por ti por quien estoy dispuesta a morir. —el de ojos azules y pecas la quiso detener, pero ella continuó sonriendo amablemente—. Te amo, Daniel. Gracias. Esta es la primera vez que siento algo así... En este momento... Estoy tan enamorada que ya no le temo a la muerte.

Daniel desde su posición miró atentamente a los dos amigos que lloraban sin dejar de sonreír abrazados. Se preguntaba muy en el fondo si es que Roen y él habrían acabado de la misma manera que Baam y Venus si es que él hubiese hecho algo más para impedir la muerte de su querido amor.

“Ellos se ven muy enamorados... ¿Ves, Roen? Creo que ellos nacieron y fueron unidos de esta manera para demostrarme que entre toda la tragedia, el amor puro puede existir. Solo... Me siento mal de que esos no hayamos sido nosotros, pero eso no me impide sentirme feliz de ver a Baam y a Venus juntos, gozando de su amor.

Gracias por demostrarme esto, y lo que significa amar, Roen...” sonrió pacible sin dejar de ver a la pareja alegre.

Aurora dejó de estar de espaldas cuando tocaba el turno de que Miseng fuera lanzada del submarino, por lo que pudo observar la mayoría de las cosas que sucedieron.

“Idiota, idiota, idiota...” se tomó la cabeza y bufó al recordar a Hoaquín siendo derrotado.

— Baam lo logró de nuevo. Nunca me defrauda ese chico. —Asteria miró a la mayor y enarcó una ceja—. ¿Te preocupa Hoaquín?

— Uhm... No es eso. —negó, pero detestaba que fuera de verdad—. Es un demonio extraño que llama mi atención, nada más. Pero creo que es momento de olvidar destruirlo, mejor regresemos con Venus.

— Claro, pero sácame de aquí, por favor. —se cruzó de brazos y esperó por la mayor que se puso de pie y la miró de frente.

— No seas impaciente. —suspiró y elevó sus manos a la altura de la katana que yacía enterrada en la plataforma, ahí realizó unos movimientos sutiles y elegantes que fueron dejando como rastro unos brillos dorados hermosos—. Ruhê xwe vegerînin valahiya ku hûn bi rastî beşdar dibin. Ya mayî li cîhana giyanên winda bihêlin. —sus ojos se tornaron electrizantes y más dorados de lo que ya eran. Sus pupilas gatunas habían desaparecido y eran normales, eso confundió a la Arie, le dio un aire de ser gemela de Venus, pero no era así.

Prontamente, Asteria sintió su cuerpo liviano, y derepente fue trasladada a un lugar más fresco, rápidamente identificó que ya se encontraba en tierra sin un lugar tan cerrado como lo era su katana.

— Gracias. —le sonrió de lado, y notó que era casi de la misma altura que ella—. No eres tan desagradable como creí.

— ¿En serio? Supongo que eso es algo bueno. —le entregó su katana, la cual tomó con sumo cuidado y la guardó en su funda blanca.

𝗧𝗢𝗥𝗥𝗘 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦, baam25th [tog] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora