𝗧𝗢𝗥𝗥𝗘 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦, baam25th [tog]

Capítulo 56 | 𝐋𝐀𝐒 𝐀𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀𝐒

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NARRA VENUS

Solté un grito a la par en que Vlatchka, así que nos abrazamos mientras éramos absorbidas hasta teletransportanos al interior de una nave.

— ¡¡Ahhg!! —escuché un claro quejido debajo nuestra. Rak estaba siendo aplastado por nosotras dos, a lo que le hice una señal a mi amiga de separarnos—. ¡¡Tortuga dorada!! ¡¡Tortuga relámpago!! ¡Son demasiado pesadas!!

Nos indignamos, — ¡¿Qué dijiste, maldito cocodrilo?! —Vlatchka lo pisó a propósito mientras sonreía maliciosamente.

— ¡Vlatchka! ¡No seas grosera! —la detuve.

— ¿Ah? Pero si este caimán nos acaba de decir que estamos subidas de peso.

Siguió reprendiendolo, pero no me involucré más, solo jugaban entre ellos. Mejor me dispuse a mirar a los que subimos, Arkraptor, Miseng, Prince, Khun, Asteria, Rak, Vlatchka, yo, y... Baam. Caminé a él y le ofrecí una dulce sonrisa que correspondió al instante.

— ¿Cómo está, señorita Venus? ¿Mi maestro no les hizo daño? —dijo, mostrando preocupación al analizar mi cuerpo y ver si no tenía algún rasguño o herida.

— No, para nada. —mis recuerdos de la plática resonaron en mi cabeza—. ¿Crees que ese Hoaquín haya despertado ya?

Bajó sus orbes, pensativo, —. Hmm... La verdad es que no estoy seguro, pero espero que no sea así. Podría complicarnos las cosas... Y quiero ayudarle a que encuentre sin problemas a su hermana.

Me tendió su mano, tal como acostumbrabamos a tenerlas unidas. Acepté sin rechistar y sonreí alegremente. Este chico es maravilloso entregando todo de sí para cumplir una promesa, estoy agradecida de que sea él y no alguien más.

— Gracias, Baam. Eres un dulce. —pellizqué una de sus mejillas, esto fue suficiente para que tomaran un color carmín muy ligero.

— S-señorita Venus... —sonrió con los nervios a flote.

Es demasiado tierno para ser real.

Dejé un beso en su mejilla, y cuando separé ligeramente nuestros rostros, pude contemplar minuciosamente el hermoso color miel que rodeaba a sus orbes. Él hizo lo mismo con los míos, y logré identificar el suave tacto de Baam que pasaba sus brazos al rededor de mi espalda y cintura para abrazarme sin ejercer una fuerza extrema.

Esto... No sé cómo tomarlo.