Capítulo 42 | 𝐒𝐔 𝐌𝐈𝐓𝐀𝐃

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El viejo equipo de cuatro amigos dormía plácidamente en el suelo con unas cobijas desordenadas, y con sus respectivos almohadones. Venus y Baam se abrazaban y daban pequeños giros sobre ellos aún dormidos. Por otra parte, Rak y Khun parecían pelear entre sueños. Habían gastado demasiadas energías como para poder seguir el festejo con sus demás amigos y compañía, pero de todas maneras de dieron el tiempo de saludar a todos en su momento

Baam despertó dificultosamente, encontrándose con la luz que traspasaba la ventana de manera cálida. Podía escuchar claramente los ronquidos de Rak, y uno que otro quejo femenil que soltaba su preciada amiga Venus.

Se sentó a duras penas en las mantas, sintiendo el ligero peso de la cabeza de Venus resbalando de su torso hasta entre sus piernas. Esto lo puso nervioso, por lo que rápidamente la acomodó en las sábanas arriba de un almohadón.

“Eso fue vergonzoso...” observó el rostro de la princesa descansando muy a gusto.

— Baam... —murmuró la misma, acercando su cuerpo a la pierna del castaño, para después haberlo abrazado.

Sonrió con ternura, y se quedó quieto en su lugar. No quería despertarla.

“Lo logré... Volví...” acomodó los cabellos ondulados y dorados de la chica para que no taparan el rostro tan lindo que le parecía.

Esto provocó el despertar de Venus, por lo que Baam se asustó un poco, aunque la fémina simplemente dirigió hacia arriba su mirada entre cerrada y adormilada.

— ¿Baam...? —se incorporó en su lugar para ver directamente a los ojos al morocho. Se talló los ojos y volvió a abrirlos.

— Señorita Venus... —estaba demasiado contento de poder tener con él nuevamente a la chica que le enseñó cuando él apenas había llegado a la Torre. La chica que lo hizo feliz, mientras que la otra intentaba alejarlo de ella.

Venus no se quedaba atrás, se sentía como en el cielo y como en un cuento de hadas por haber despertado, y que lo primero que su visión pudo haber captado fuese a Baam.

La rubia se acercó al rostro de Baam, a lo que este tuvo un sonrojo notorio que hizo sonreír a la misma. Lo tomó del mentón, y depositó un suave y cálido beso en su mejilla derecha. Al haberse alejado, compartieron miradas relajadas.

“¿Por qué... Me siento tan bien contigo?” se preguntó la princesa, una vez que habían dejado de verse.

“Ah... Me había olvidado que la señorita Venus me ponía nervioso... ” se tocó la mejilla que le había besado, y sonrió ligeramente.

 ” se tocó la mejilla que le había besado, y sonrió ligeramente

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𝗧𝗢𝗥𝗥𝗘 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦, baam25th [tog] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora