𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗖𝗜𝗡𝗖𝗢.

385 59 21
                                    

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄɪɴᴄᴏ: ʟᴀs ʟᴇʏᴇɴᴅᴀs.

——— Venus. ————————

He manejado shinsu desde pequeña gracias a la ayuda de Aurora, esto será fácil para mí. Y viendo a Rak y a Khun, puedo decir lo mismo de ellos, pero... ¿Y Baam?

Miré a un lado en busca del niño, pero no lo vi.

— ¡¿Y baam?! —Khun de alarmó.

— ¡No s- —fui interrumpida por la voz de Baam, él ya estaba al lado del campo de shinsu—. ¿Cómo es posible?

— La suerte está de su lado... —me respondió el de hebras azules, igual de asombrado que yo.

— Avancemos. —pedí, sin esperar más a acercarme.

Tengo que ver a Aurora, si no avanzo hoy... Seré una fracasada.

Las yemas de mis dedos tocaron la barrera sin ningún problema, a mi lado una chica lagartija la tocaba igual que yo, pero con expresión de indiferencia.

Se ve fuerte...

Entré sin más a la par que la misma chica, ella lo notó, por lo que enarcó una ceja mirándome.

— Ambos acertamos, que suerte.

Miré al frente, el supremo y Baam nos observaban a ambas. Yo sonreí con inocencia.

— ¡Confiaba en que Venus entraría sin problemas! —el de cabellos marrones sonrió.

— Gracias, Baam. —respondí con timidez, no acostumbraba a que las personas se emocionaran así por mí.

En un rato después, los demás regulares fueron entrando poco a poco, siendo seguidos de una pequeña discusión entre Lero-Ro y un regular que no logró pasar. Por último, Rak y Khun entraron de un paso, aunque este último tuvo unas pequeñas dificultades por su maletín.

— ¡Hey, Baam, Venus! —Agüero subió su mano para que los alcanzaramos.

— ¡Lo lograron! —exclamé alegremente. Fui andando a donde mis compañeros, pero antes de poder seguir avanzando, escuché una recomendación que le dio el supremo a Baam.

— Oye Baam, si yo fuera tú... Mantendría distancia con esos dos chicos, con Khun Agüero, su familia es peligrosa. Y con esa chica Venus, se ve bastante sospechosa a mi parecer. Ten cuidado.

Mi entre cejo se hundió ligeramente, ese tal Lero-Ro no puede contar supersticiones erróneas de las personas.

Cuando nos reencontramos, justo nos mandaron a otro lugar donde haríamos la próxima prueba. Sería conforme vamos llegando en fila, por lo que debíamos esperar.

— Uff... Que aburrido. —suspiró Agüero con sus manos apoyadas en sus rodillas.

— Sí... —bosteceé, y al abrir los ojos me topé con el rostro de Baam que iba observando atentamente todo el lugar, se le veía maravillado—. ¿Qué ves, Baam?

— ¿Eh? —nos sonrió a Khun y a mí—. Bueno, es que...  Nunca había estado en un lugar tan luminoso.

Lo miré entristecida, no podía creermelo. ¿De dónde viene?

— Mm, Khun, Venus. —nos llamó con los ojos en alto—. Esa cosa azul, ¿es el “cielo”?

— Sí... ¿Por qué preguntas algo tan obvio? Parecería qué es la primera vez que miras el cielo... —Khun se cruzó de brazos, pero le di un codazo que lo hizo quejarse en bajo.

— ¡Ah! ¡Entonces sí es el cielo! —se emocionó—. ¡Eso lo sé! ¡Sé que cuando subes al cielo puedes alcanzar la estrellas!

No podía saber el porqué, pero mis mejillas habían tomado un color rosado cuando lo vi sonreir a nosotros dos.

Un momento... ¿Las estrellas? Mamá y Aurora me contaron que es una leyenda, pero ellas afirman que existen fuera de aquí.

— Dicen que son hermosas. —musité en voz tranquila, Khun me observó extrañado—. Pero son solo una leyenda, lastimosamente. —el rostro de Baam se entristeció—. El cielo que ahora vemos es a causa del shinsu, y lo que vemos por la noche brillar sólo se trata de una bola de luz. Por más que subieramos la torre no seríamos capaces de verlas ni tocarlas, sólo conseguirías tocar el techo de este piso u otro. —me daba pena haber arruinado su ilusión—. Tal vez fuera de la torre existan. Yo creo que sí.

— Ah... Y-ya veo...

— Mm... Concentrense en la prueba, ¿sí? ¿Y a qué vino esa pregunta tan extraña, Baam? —Agüero dio media vuelta.

El castaño rió apenado y tocando su cabeza, — Lo siento...

— No te preocupes, Baam. No temas a preguntar más cosas. —le ofrecí mi mano para que la tomara, no sé porque lo hice, pero no la retiré.

Sorprendido, tomó mi mano con vergüenza y una pizca de felicidad.

— ¡¡¡Aaaahhhh!!!

— ¿Qué... Qué fue ese ruido? —Khun estaba preocupado.

— Parece que vino de ahí. —apunté temerosa a la puerta de la prueba.

Había entrado otro equipo, pero ese estaba tardando aún más que de lo que había tardado el equipo anterior a ellos y que gritaron. Me preocupaba que después siguiéramos nosotros... Espero que no sea tan peligroso como lo hacen ver.

— ¡¡¡Aaaaahhhhh!!! —otro grito desgarrador.

Eso... No sé si lo conseguiremos...

Alguien nos tomó por los hombros, haciéndonos dar un brinco del susto, yo apreté el agarré que tenía a la mano de Baam.

— Hey, ustedes parecen preocupados. —nos miraba fijamente a Khun y a mí.

— ¿Quién eres? ¿Y qué quieres? —el de cabellos azules se animó a hablar por nosotros.

— ¡No me mires así! ¡Tenemos el mismo problema! Vine porque... Quiero darles una pista importante.

— ¡¿Ah?! —me removí para verlo directamente cara a cara.

— ¡¿Estás seguro?! —Baam imitó mi acción.

— ¿Una pista? ¿De dónde la sacaste? —Khun se alejó del hombre extraño.

Nos contó la similitud que hubo en las pruebas que lograron pasar unos equipos, la habían pasado en 4 o 5 minutos y no hubieron gritos de por medio. Sin embargo, los que tardaron más de aquel tiempo sí gritaron. Después nos explicó que los administradores nos estaban dejando escuchar los gritos a propósito como una pista. O sea: solo tenemos 5 minutos para hacer la prueba.

— Bueno... Tiene sentido. Pero ya veremos si nos es útil ahí dentro. —Khun se mostraba relajado.

— ¡Gracias, señor Globo fosforescente! ¡Qué amable de su parte darnos esa información!

— No le agradezcas, Baam... —Agüero negó—. Quiere probar su hipótesis con nosotros. Porque si ve que pasamos la prueba en 5 minutos, lo tomará a su favor. Y si no, buscará otra manera...

— No importa, Khun. Solo avancemos y ya. —me encogí de hombros, ya no podíamos evitar nada—. De igual manera, muchas gracias. —sonreí.

En eso, un nuevo grito muy agudo se hizo presente en el espacio, captando nuestra atención rápidamente.

— ¡Siguiente equipo! —nos llamó la joven que atendía a los equipos en la puerta que conducía a la prueba.

Compartí miradas nerviosas con Baam, pero después el mismo me calmó con una sonrisa agradable y apretando mi mano.

𝗧𝗢𝗥𝗥𝗘 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦, baam25th [tog] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora