𝗧𝗢𝗥𝗥𝗘 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦, baam25th [tog]

Capítulo 48 | 𝐑𝐄𝐂𝐎𝐋𝐄𝐂𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐁𝐎𝐋𝐄𝐓𝐎𝐒

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❝ — Te ofrezco a mi próxima hija que está a punto de nacer, con tal de remediar los pecados que cometió mi mejor amigo en contra mía y de su amada. Ella será el complemento que le arrebatará el trono a la peor persona de esta Torre.

Zahard. — ❞

Sus ojos dorados recibieron gustosamente al irregular que recientemente estacionó en la finca lejana de las Storm-quer. Le ponía feliz tener que conversar con Urek Mazino sobre cosas de la Torre y lo que conlleva subirla. Aunque esta vez no lucía tener ganas de hablar de ello con la menor de la familia, de hecho tenía una frustración que le carcomía el flujo de pensamientos debido a lo recientemente sucedido.

— ¿Vienes a ver a mamá? —preguntó Aurora apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados que daba paso al interior de la casa tradicional—. Está descansando, la visita no es recomendable en este momento para su salud.

Paró su caminar al percatarse de la presencia de la adolescente con pupilas de gato. Con la que menos se quería encontrar era con Aurora, pero no tenía de otra.

— ¿Está despierta? —fue lo único que pudo articular, tampoco era como si quisiera causar un alboroto para la pequeña niña que tenía sus brazos enrollados a la pierna del de ojos escarlata.

— ¡Claro que lo está! Pero está tomando el té mientras descansa en el jardín trasero. —opinó positivamente Venus en su apogeo de saber más acerca del irregular.

Aurora suspiró pesadamente ante la confesión verdadera de su hermana menor, quería mentir para alejarlo, pero no lo consiguió. La pequeña Venus miró confundida a la mayor, pero no tuvo mucho tiempo para pensarlo, puesto que Urek se trasladó a los adentros de la finca.

— Espera aquí, bebé. Vuelvo en unos momentos. —Urek le sonrió a la menor desde el marco de la puerta, y desapareció.

— La próxima vez que venga alguien no tienes que decir dónde ni cómo se encuentra mamá, ¿entendido? Pueden llegar personas con malas intenciones, y mamá ahorita no es muy fuerte por su enfermedad. —dijo Aurora posando sus orbes en la figura baja de Venus. Esta asintió frenéticamente y la abrazó para deshacer su enojo—. Ay, Venus... —era su adoración, y daría lo que fuera para protegerla.

— Aurora. —pronunció de la nada—. ¿Por qué mamá está enferma si es demasiado fuerte? ¿No las personas que son igual que ella pueden incluso inmortales?

Arrugó su entrecejo y acarició sutilmente la cascada de cabellos dorados de la menor. No le agradaba charlar el estado de Gyeong, probablemente, era su tema menos favorito.