Capítulo 46 | 𝐄𝐋 𝐓𝐑𝐄𝐍 𝐃𝐄𝐋 𝐈𝐍𝐅𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎

212 42 13
                                    

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

NARRA VENUS

Ha pasado un mes desde que terminó la batalla del taller, y estamos decididos a subir al tren del infierno.

En el proceso de este mes, Emily dejó de funcionar, y Khun se ha notado más distante de lo normal, aunque yo ya sé el porqué.

Cazará a Rachel y yo no dudaré en ayudarle.

— Se me sigue haciendo raro ver a Viole con el cabello corto. La primera vez que lo vi en el taller era muy sombrío y todo ese cabello largo le tapaba hasta la existencia. —Asteria afiló su katana.

— Así fue como Venus lo conoció, ¿no? —Vlatchka me miró con su barbilla apoyada en la palma de su mano.

— Sí. —asentí saliendo de mi trance—. Tenía las facciones más infantiles, era pequeño y con cabello corto. Recuerdo el cómo lo conocí.

— Que tiernos. —la misma sonrió, pero no supe diferenciar si era burla o de verdad—. Pues ahora sigue viéndose como un niño, pero es más alto que tú.

Reí, — Es cierto. Siento que me quedo más baja de lo que debería.

Comimos en la mesa tranquilamente entre charlas. Hubo un tiempo en el que extrañé bastante la presencia de mis mejores amigas, ellas me habían ayudado a olvidarme de mi pasado, y actualmente me apoyan en todo lo que haga.

Pero... No quiero hacerlas pasar por el peligro inminente.

Alguien de repente apareció al lado de Asteria, a lo que esta alzó una ceja y la encaró ladeando su cuerpo a la persona.

— Ah, es la guía. —mi amiga Khun la observó con cautela—. ¿Qué pasa?

Sonrió, — Diosa, ¿podrías ir a buscar a mi estúpido Dios? Tenemos que reunirnos todos en la sala de conferencias.

Que agradable...

Una gota de sudor fría resbaló por la sien de mis dos amigas debido al nombramiento de Baam, y porque me llamó “Diosa”.

Suspiré, resignandome de que no la haría cambiar de parecer.

— En un momento vamos. —asentí.

— Bien. —miró a las otras dos—. Es bueno saber... que está rodeada de buena gente.

Se alejó sin decir algo más.

— Me pone la piel de gallina. —la albina abrazó su katana.

— Es una guía, ¿qué esperabas? —Vlatchka me dio un vistazo—. Yo que tú buscaba a Baam rápido.

— Cierto. —me levanté y dejé mi jugo de naranja a un lado—. Nos vemos en la sala de conferencias, ¿sí?

— No te preocupes, allá nos vemos.

𝗧𝗢𝗥𝗥𝗘 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦, baam25th [tog] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora