55 • Olvidar

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Yo... los quiero mucho, de verdad 🥺🥺

Y espero que ustedes a mi...

❄❄❄

Abro los ojos e inmediatamente siento el dolor golpeando mi cuello como miles de agujas, esparciéndose por mis hombros y mi espalda

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Abro los ojos e inmediatamente siento el dolor golpeando mi cuello como miles de agujas, esparciéndose por mis hombros y mi espalda.

Giro mi cuello de izquierda a derecha escuchando y sintiendo los huesos tronar, el dolor se mantiene gracias a la incómoda posición que mantuve durante toda la noche, por lo que me acomodo, acostándome de espaldas en la tela suave del sofá.

La sala se mantiene casi a oscuras, la luz del sol filtrándose por las pequeñas ranuras de las cortinas.

Lo único que ilumina la habitación es la lámpara a unos pocos centímetros de mi cabeza, la cual se ha mantenido encendida toda la noche.

Tomo una respiración profunda, reteniendo el aire en mis pulmones por unos segundos antes de soltarlo.

No me giro para ver el reloj o el calendario al lado de la lámpara, no necesito hacerlo, siento su presencia presionándose contra mi piel, volviendo el aire a mi alrededor más pesado hasta que siento que estoy respirando vidrio fundido, incluso parece quemar mis entrañas.

Mis ojos pronto se encuentran ardiendo, por lo que cierro los ojos intentando alejar las lágrimas que amenazan con juntarse hasta derramarse.

No quiero tener que marcar otro día, ya lo he hecho tantas veces, me gustaría decir que perdí la cuenta, pero no.

364.

El calendario parece burlarse de mí, aunque no lo he visto, el maldito simplemente ríe contra mi oído, su insoportable risa estremeciéndose, se mofa de mí.

El tiempo es tan desagradecido, tan cruel y malvado.

¿El tiempo lo cura todo? Ja, ya quisieran.

Solo es un recuerdo constante de lo que tuviste, de lo que alguna vez pudiste llamar tuyo, de los lugares que por un momento te pertenecieron, y luego; como una patada en el estómago, te hace retorcerse sin importar cuánto supliques que se detenga.

No, el tiempo no es tu amigo, no te hace sanar, no te hace superar tus problemas.

Eso es un cuento de niños, un maldito cuento para niños.

Y dejé de creer en ellos hace mucho.

Me siento en el sofá, mi cuerpo quejándose mientras me desperezo, mis extremidades poniéndose en acción mientras me levanto y camino hacia la cocina.

Me sonríes cuando entro, tus ojos recorriéndome como si temieses que me desmorone en cualquier momento.

Acaricias mi brazo cuando paso a tu lado para tomar el tazón de Dodger; el cual está vacío, y rebusco en los cajones hasta dar con su comida, colocándola en el bol de aluminio, que vuelvo a dejar en el mismo lugar, al lado del agua fresca que coloqué anoche.

One Shot - Chris EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora