Permíteme llevarte a imaginar una vida al lado de Chris Evans
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Gente bonita, muchas gracias por todo el amor. Yo como que nunca voy a poder agradecerles lo suficiente ️❤️
❄️☃️❄️
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Evitar a Ari después de ese beso era más difícil de lo que pensaba.
Evitar pensar en ese beso es incluso más complicado.
El mayor problema era que incluso cuando intentaba mantener distancia con él, y mantener el recuerdo del beso a raya, es casi imposible no notar cosas de él. Como la manera en la que su cabello cae como una cortina a cada lado de su rostro; o como parece sonreír como si guardase un secreto.
También es persistente, lo noto cada vez que persigue mi mirada como si esperara algo de mí; como si quisiera algo de mí.
Sin embargo, nuestras conversaciones se han limitado a pura cortesía, antes de que yo me aleje.
Quizás si ese beso solo se sintiera como un beso cualquiera entonces podría finalmente aclarar mis pensamientos y seguir adelante como si nada; pero ese beso no se sintió como algo sin importancia y eso me frustra.
Lo único positivo de todo esto es que con mis pensamientos tan dispersos no he tenido tiempo de deprimirme por no hacer mi trabajo, aunque eso no me ha impedido el intentarlo.
Resoplo alejando el portátil antes de cerrarlo cuando la pequeña historia en la que he estado refugiándome empieza a sentirse muy personal; con un personaje principal masculino con ojos azules; cabello castaño que cae a cada lado de su rostro y una barba bien cuidada y espesa.
Bien podría haberle escrito un tatuaje en la frente con el nombre "Ari" en mayúsculas.
Tiro de mi cabello y descanso la frente en la mesa, pero nada es capaz de sacarme de esta extraña frustración y agobio que tengo.
—Hey...
Me sobresalto y levanto la cabeza justo cuando Ari se sienta a mi lado y deja un topper de poliestireno junto con una taza humeante frente a él.
—Pensé en hacerte compañía —farfulla abriendo el topper, del cual sale un olor delicioso que hace agua mi boca.
—Claro...
Muerdo mi labio inferior sin saber que decir así que solo tamborileo mis dedos en la mesa mientras él come.
—Dicen que van a encender las luces de navidad hoy. El árbol de la plaza principal.
—Que bien —quiero patearme. No va a matarme ser cortés; el hombre no tiene la culpa de que yo no sepa que hacer—. ¿Irás a verlo?
