Permíteme llevarte a imaginar una vida al lado de Chris Evans
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¿Has leído sobre la calle de Salem?
Sí, esa calle de Salem.
2001, en donde un hombre desesperado liberó con la muerte de aquellos ancianos un mal terrible que había dormido hasta ese momento.
2013, en donde dos policías; en su incredulidad, acabaron marcados por un espectro de los espejos, el cual continúa acechándolos hasta el día de hoy.
Sé que este sitio te ha dejado un mal sabor de boca, no puedo culparte, no es una calle muy común.
Pero tampoco es tan aterradora como crees, sobre todo hoy, en el día de Halloween, el último día de Octubre, donde las compras tardías de caramelos, los disfraces, los niños corriendo y las calabazas en cada pórtico abundan.
Salem es conocida por sus festejos en Halloween y esta calle no es la excepción.
Bien conocida por los turistas y locales, las historias de terror sobre ese vecindario corren de boca en boca, hablan de una casa embrujada, sangre en los espejos, una mujer que vaga por el bosque cuando pasa la medianoche, susurros torturados en tu oído, una figura colgada en lo alto de un puente y una dama que aparece y desaparece en ese mismo puente.
Pero en Halloween, las calles que han visto cada una de esas cosas se disfrazan de alegría y falso terror, el comercio local se dispara porque cientos de personas lo visitan y todos quieren llevarse un recuerdo.
Ese es mi momento favorito de todo el año, ver a entusiasmadas personas festejar en la calle, a niños golpeando de puerta en puerta pidiendo caramelos, a adolescentes recorriendo ilegalmente la casa embrujada, y a adultos más temerarios adentrarse en el bosque, en busca de las figuras misteriosas que ahí viven.
El vecindario se viste con sus mejores galas, con los clásicos colores naranja, morado, negro y verde, cada casa enfundándose en colores más llamativos cada año, con luz negra y gigantescas decoraciones dignas de películas.
Me gusta visitarlo ese día, y hoy no es la excepción.
Cada año he escuchado las historias y cada año me sorprendo al encontrar otra nueva, mi conocimiento sobre la calle crece y es muy interesante ver a las personas integrarse y profundizar en cada historia.
No puedo evitar sonreír al llegar, este año han colgado linternas de calabaza en los árboles, parece haber sido un trabajo arduo, pero puedo asegurar que valió la pena.
