80 • Pecados Y Pecadores

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Parte II

Advertencia: En este OS se mencionan temas de abuso sexual, se recomienda discreción.

Tras el amor y la pasión que vi en el anterior OS escribí una segunda parte!!

Espero que les guste.

❄️❄️❄️

El pueblo está en caos

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El pueblo está en caos.

Luego de la declaración del padre de mi amiga Jill sobre los actos incestuosos a los que sometía a su hija, junto a la sorpresiva muerte del viejo asqueroso Jhon Stemsey añadido al intenso fuego que consumió la iglesia hasta reducirla en cenizas, todos parecen haber entrado en una especie de locura colectiva.

Las culpas son arrojadas como cartas de juego, y las mujeres siempre tenemos las de perder.

El padre Hale convocó a los hombres luego del mediodía en una asamblea privada a la que ninguna mujer tiene permitido asistir, así que cuando el ardiente sol del almuerzo calienta los tejados de madera y paja no hay ni una sola alma correteando por las calles.

—Muy bien, niñas, hoy nos mantendremos aquí, les recomiendo descansar ya que nuestros adorados invitados regresarán esta noche —es lo que dice doña Marie cuando estamos reunidas para comer. Ella no parece preocupada, pero el que nos pida quedarnos encerradas me da un indicio de que no puede suceder nada bueno.

En cuanto a los invitados de esta noche... el recuerdo me hace estremecer.

Siento que mi vida, o al menos mi percepción de esta ha cambiado por completo, parece que han pasado años desde que despedí a mi padre y fui arrojada fuera del que había sido mi hogar, sin embargo, eso sucedió ayer, y desde entonces todo es diferente.

Había repetido que no era una mujer que abandonaba su cuerpo al placer de un hombre, y me negué a realizar aquellos actos incluso cuando eso significaba quedar desamparada en un pueblo maldito.

Hasta que, en medio de la noche, disfrazados de sombras y bañados por la plateada luz de la luna, llegaron a mis tres seres, imposible llamarles humanos pues su belleza y seducción no eran ni de cerca como los de los mortales, ellos eran más, algo que me sacudió hasta los huesos y me hizo entender que pecar no era malo si pecaba con ellos.

Sebastian, encantadoramente pícaro, burlón y sensual, que disfruto tocando mis pechos, mordiéndolos y succionándolos, sus dedos y su lengua se perdieron entre mis piernas y luego casi me hace enloquecer cuando tuve que suplicarle que entrara en mí ya que él parecía muy dispuesto a torturarme.

Henry, serio y cuidadoso, con una mirada que me hizo temblar, una oscuridad atrayente que conocí más a profundidad cuando exploró mi boca hasta que respirar fue casi imposible, o cuando me sujeto estirando mis piernas, golpeando mi espalda contra la pared para enterrarse en mí.

One Shot - Chris EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora