—¡Chris!
Tu chillido me sorprende en sobremanera, aparto mi mirada de la puerta con rapidez, mi corazón latiendo de preocupación, no eres una mujer que grite, por lo que algo grave debe suceder.
Pero en el momento en que mi mirada se cruza con la tuya mi preocupación se evapora, pero mi sorpresa permanece.
Te observo en silencio cubrir tu cuerpo desnudo con una manta, sujetando tus pechos con tu brazo, tu cabello despeinado, tus ojos abiertos en alarma, el maquillaje corrido debajo de estos, tu respiración acelerada y tus labios rojizos entreabiertos.
El hombre a tu lado; que segundos antes estaba sobre ti, se aparta con rapidez saltando de la cama, su miembro ahora flácido colgando entre sus piernas, él me mira espantado, sus ojos abiertos en reconocimiento.
—Lo lamento, hermano —dice con rapidez, una de sus manos extendida como si intentara calmar a una bestia furiosa.
Bajo la mirada frunciendo el ceño sin saber que decir o cómo actuar, los tres nos mantenemos en silencio, tu aún sentada en la cama, él de pie totalmente desnudo y yo... ¿cómo?
—Lo siento, hermano —vuelve a decir él, no lo conozco, mucho menos lo he visto en algún momento de mi vida, y ahora mismo me interesa muy poco quien sea—. Yo no lo sabía... lo siento.
—Solo... —respiro profundamente, el aire que abandona mis pulmones sale tembloroso, como si dentro de mi algo se estuviese derrumbando—. Solo vístete y vete.
Doy media vuelta y abandono la habitación sin mirar atrás, no me interesa si ese hombre desconocido se marcha, no podría importarme menos si toma un cuchillo y lo entierra en tu pecho, ni siquiera me revuelve el estómago el pensar en que a ustedes tampoco les importa y vuelvan a lo que estaban antes de que llegase.
Atravieso la casa como alma en pena, mi corazón late con fuerza en mi pecho mientras pongo más distancia entre la endemoniada habitación y yo, sin saber que sentir, ¿dolor? ¿rabia? ¿sorpresa?
Cierro las puertas que llevan al jardín con lentitud, intentando hacer el menor ruido posible, me alejo caminando, las pequeñas piedras de grava resonando y quejándose de ser aplastadas por mis zapatos y es solo cuando me siento en el banco más alejado que llega mi quiebre.
El corazón me duele y pesa como si intentase arrancarse de su posición y rodar hasta el suelo, mi cuerpo tiembla y se sacude con fuerza por los sollozos y lamentos.
Mi interior se retuerce como si una enorme boa constrictor apretara y comprimiera todos mis órganos, convirtiéndolos en una enorme masa deforme, transformando en una cáscara vacía lo que antes era una persona.
No sé porque continúo sorprendiéndome, no entiendo cómo puede seguir doliendo tan atrozmente, aún con el total reconocimiento de que no es la primera vez que nos encontramos en esta posición.
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One Shot - Chris Evans
FanfictionPermíteme llevarte a imaginar una vida al lado de Chris Evans • Todos los derechos reservados. ▪︎ Queda prohibida la copia completa o parcial de esta obra. • Esta obra sólo está disponible en Wattpad. ▪︎ Si estás leyendo esta obra en alguna...