Permíteme llevarte a imaginar una vida al lado de Chris Evans
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Sírvanse su chocolatito caliente y póngansecómodos porque mi mes favorito del año ha llegado y este año va a sermás potente, más especial, más navideño, más todo.
Empezando con mi bonito Frank y terminando con... 👀
☃️❄️☃️
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—Sigo sin entender por qué hacemos esto...
Mary camina a un lado sujetando el carrito de compras luciendo adorable con su camiseta naranja holgada y su cabello rubio peinado en una trenza de costado.
Frank maneja el carrito pareciendo bastante concentrado en los adornos navideños que llenan los estantes.
—Porque es divertido, decoraremos la casa, luego horneamos galletas y esperaremos la llegada de Santa —es bastante extraño explicarle a una pequeña lo que se hace en navidad, pero Mary es un alma vieja y sabia atrapada en un cuerpo joven.
—Solo me emocionan las galletas, ¿por qué debo esperar a que coloquen los regalos bajo el árbol para poder abrirlos? —chasqueo la lengua, por supuesto que ella sabe que Santa no existe.
—Se trata de alargar la espera, así estarás más ansiosa de descubrir que recibirás —miro con atención las luces, decidiéndome por las brillantes de colores en lugar de las blancas o amarillas—. Además, decoramos para que la casa se vea linda, ¿no te gusta como luce la casa de Roberta?
—Me gusta —decide luego de mantenerse en silencio unos segundos.
—Pues así, he incluso más bonita, va a quedar la casa —le aseguro. Aún me siento un poco cautelosa sobre decir "nuestra casa" puesto que sólo recientemente me uní a ellos en su pequeño hogar, todavía siento que soy una invitada.
—¿Nieve falsa? —pregunta Mary tomando la lata que añadí al carito—. ¿Extrañas Nueva York?
—Sí, un poco, pero podemos traer la nieve aquí.
—¿Y luego de decorar podrán decirme que me darán de regalo?
—No —responde Frank con simpleza.
—¡Solo una pista, Frank! —Mary lo empuja y él se mueve a un lado solo un poco, colocando una mano en mi cadera para evitar golpearme con el carrito.
—Una calculadora —farfulla en burla, una sonrisa de suficiencia se alza en su rostro.
—Voy a golpearte —advierte Mary antes de darle otro empujón a Frank.
