Permíteme llevarte a imaginar una vida al lado de Chris Evans
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No todos nuestros Halloween se basan en quedarse sentado en la sala de estar sin nada por hacer, mayormente había una reunión familiar, o una fiesta de disfraces programada, sin embargo este año el Halloween es simplemente diferente.
Todo el año en si ha sido una fiesta de terror sin descanso, por lo que las celebraciones están canceladas hasta nuevo aviso, no necesitamos más horror dentro de un año terrorífico.
Así que llamamos a nuestros amigos más cercanos, y luego de pasar por todo el proceso de desinfección y tenerlos a todos prácticamente bañados en alcohol nos deslizamos por los muebles del salón, simplemente conversando, comiendo pizza, sin abrazos ni juegos, solo nosotros, un grupo de ocho personas reunidas en el salón.
—¿Así que solo nos sentaremos aquí y nos miraremos los rostros por horas? —pregunta Anna mirándonos como si realmente la sola idea le aburriese.
—¿Alguna idea mejor? —le responde Drew, rodando los ojos ante la molestia de la pelirroja mientras toma un sorbo de su cerveza.
Chris me observa cubriendo su boca con su dedo al observar la inminente discusión entre ambos, le sonrió y tomo un pedazo de pizza antes de volver a acurrucarme contra él.
—¡Pues me niego a quedarme aquí sin hacer nada! —gruñe la pelirroja cruzándose de brazos—. Si solo hubiese querido ver sus feos rostros hubiésemos hecho una videollamada.
—No seas tan malditamente aguafiestas, Anna —Jenna toma un sorbo de su vino tinto recostándose en el sofá—. Si lo que querías era salir de fiesta, te hubiese salido mejor viajar en el tiempo.
—No hablo de fiestas, al menos no necesariamente —la pelirroja se queja arrojando su pedazo de pizza de regreso a la caja.
—Tal vez haya algo que podamos hacer —el rostro de Simón empieza a cambiar, su boca ampliándose en una sonrisa, como un niño con un juguete nuevo, como un cazador a punto de capturar a su presa.
—Que no sea verdad o reto, ya estamos viejos para eso —Drew se queja haciendo una mueca de disgusto—. Y tampoco este absurdo juego de la botella, tenemos dos parejas presentes y tú eres el único soltero...
—¿Que tienes en mente? —pregunta Chris interrumpiendo al pelinegro.
Todos los ojos están puestos en Simon mientras esté toma su teléfono con rapidez, sus dedos volando por la pantalla mientras busca algo con lo que puede ser calificada como desesperación, o aún más inquietante, emoción.
—Bien, hay esta aplicación extraña que se hizo súper viral hace un tiempo —comienza a hablar, lo observamos con curiosidad, todos a la espera de que diga que es lo maravilloso de esta aplicación—. Es como una búsqueda del tesoro, tú piensas en lo que quieres encontrar y la app te lleva ahí.
