Permíteme llevarte a imaginar una vida al lado de Chris Evans
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Cierro la puerta detrás de mí y me mantengo en silencio un momento antes de caer al suelo, las lágrimas se deslizan por mis mejillas sin cesar y suelto mi bolso para envolver mis piernas con mis brazos.
-¿Amor? -escucho los pasos de Chris acercarse y detenerse en seco al verme como un desastre frente a la puerta de entrada-. ¿Que...? ¿Amor? ¿Preciosa, qué pasó?
Chris se sienta a mi lado y me abraza con fuerza, me apoyo en su pecho y él solo me sostiene el silencio pasando su mano de arriba a abajo por mi brazo intentando consolarme.
-Yo solo estoy muy cansada -murmuro, un sollozo sacudiendo mi cuerpo-. No están bien las cosas en el trabajo y me pusieron una maldita advertencia por algo que no fue mi culpa y me negué a firmar porque no es justo.
-Está bien, amor -susurra Chris dejando suaves besos en mi frente.
-Probablemente mañana vayan a colocarme otra advertencia y ahora estoy llorando así que puedo esperar una hermosa migraña -intento respirar profundamente para calmarme y Chris me estrecha con más fuerza-. No quiero llorar por eso, no hice nada mal, fue una injusticia.
-Ellos no te merecen, preciosa -Chris me observa con fijeza y acaricia mi mejilla suavemente limpiando mis lágrimas-. Ojalá pudieras ver lo que yo veo en ti, solo mereces lo mejor del mundo.
-No puedo renunciar -sollozo y él sacude su cabeza en negación.
-¿Sabes lo que va a pasar? -pregunta con dureza-. Vas a desgastarte en un lugar en el que lo que haces no es apreciado, y cuando no des más van a reemplazarte en un chasquido, y tu habrás perdido años dedicada en un maldito lugar que no merece ni un minuto de tu tiempo.
