Capítulo 56

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— ¿Todo bien ahora? —me pregunta cuando termino de bajar las escaleras. Pone su mano suavemente en mi nuca para acercarme y envolverme en un abrazo.

—Sabes que no, pero trataré de estar tranquila —le sonrío para transmitirle lo mismo. Él me devuelve el gesto y me da un beso corto.

—Bien, entonces vamos. Debo presentarte a alguien.

Pero ni bien dice eso, detengo el paso y lo miro con un poco de temor.

—Quise decir... —divaga mientras parece buscar las palabras precisas— Lo dije mal. Me refería a un "algo" —aclara y yo asiento con lentitud— Ven —extiende su mano y yo la recibo.

Los dos caminamos hacia la salida de mi casa y continuamos nuestra ruta hasta llegar a la suya. Siento un poco de incomodidad al estar parada frente a este lugar después de lo de ayer. Temo que su padre salga de su casa, eso implicaría tener que cruzármelo y volverme a sentir de la misma manera.

Harry parece leer mis pensamientos al ver que me he quedado inmóvil. Para cuando me doy cuenta, él está de pie frente a mí, pero no cerca, ya que ese "algo" del que me hablaba, nos separa.

—No está en casa ahora —me cuenta refiriéndose a ese señor. Asiento en respuesta.

—Entonces, ¿qué me vas a presentar por no decir "quien? —pregunto.

Él sonríe y camina para ubicarse al lado de la puerta del piloto. Extiende los brazos y recita en voz alta:

— ¡Te presento a Margarita! Y no está permitido reírse.

Y lo siguiente que hago es soltar la carcajada de mi vida.

— ¡Dije no risas! —protesta ofendido.

—Pero es que... Mar... ¡Margarita! El nombre para tu au... —otra carcajada me asalta.

Y así estoy durante medio minuto hasta que mi risa va disminuyendo, cuando termino lo veo mirándome ofendido con los brazos cruzados, mientras niega con la cabeza.

—Uff. ¿Qué?

— ¿Cómo que qué? —me encojo de hombros con una sonrisa divertida.

— ¿Es su nombre de verdad? —chasquea la lengua y asiente— De acuerdo, no diré nada.

— ¡Gracias! —camina hacia la puerta del copiloto y la abre por mí. Pero al ver que no me muevo me mira extrañado— ¿Vendrás?

—Mar-ga-ri-ta... —silabeo despacio y empiezo a reírme de nuevo.

—Es todo. Ya me hartaste.

Lo siguiente que siento los cinco segundos posteriores después de haberlo escuchado decir eso, son dos brazos fuertes alzándome por los aires, haciendo que sea cargada como costal de arroz. Eso no es impedimento para que deje de reír. No es cómodo reír boca abajo, pero no puedo evitarlo.

— ¡Ya basta! —me da una palmada en el trasero lo que hace que empiece a toser y de nuevo a reír.

Harry me sienta al lado del piloto y abrocha el cinturón de seguridad por mí. Estar en la comodidad del vehículo hace que me calme un poco y mire a mi alrededor. Es lo suficientemente espacioso, como para dormir cómodamente en los asientos de atrás. Incluso creo que aquí sí alcanzamos todos, a diferencia del auto del padre de Niall donde todos íbamos amontonados peor que sardinas. Además, huele muy bien y a lo que me refiero con eso es que para ser nuevo... Él ya dejó su olor impregnado. Y no me quejaré por ello.

—Ow. Mickey Mouse —pongo mi dedo en el pequeño muñeco que se encuentra delante de mí y este se mece, eso me hace sonreír.

— ¿Ya te calmaste? —pregunta Harry entrando al auto y metiendo las llaves.

Hidden Feelings [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora