Hidden Feelings [H.S]

Capítulo 50

I was so stupid for letting you go
But I
Know you're still the one

—Still the one
One Direction

(*)

— ¡Wow! ¿Por qué estás tan arreglada?

— ¿Arreglada? —digo viéndome a mí misma con fingida duda— Uso esto a diario.

—Tus labios pintados no me dicen lo mismo —dice mi amiga sonriendo pícara— ¡Déjame felicitarte! —la chica me abraza y casi hace que caiga de espaldas sino fuera porque mi mano aún sostiene la manija de la puerta.

— ¿Ahora qué hice que no hice?

—Aunque niegues que estás arreglada, yo sé que lo estás. Y eso solo me dice que vas a salir con un chico —canturrea a la vez que juguetea varias veces con su dedo poniéndolo en mi ombligo, pero yo tomo su mano y la detengo— ¡Oh vamos! ¡Está muy bien que quieras superar al chico de rizos! Dime, ¿cómo se llama mi nuevo cuñado?

¿Por qué Jill es tan descarada?

—Se llama Harry y siento haberte estafado con tu ilusión, querida Scott.

Harry aparece detrás de ella de manera cómica. La chica salta del susto y lo mira de arriba/abajo con desprecio, para luego dirigirme una mirada asesina. Yo sonrío inocente.

—A todo esto... ¿a qué venías Jill?

— ¿Me vas a hablar de esa forma cuando él está presente? ¿Qué le has hecho Styles?

—Hmm..

— ¡Oh, cierto! No me digas, estuve en esa fiesta —Harry rueda los ojos y lo miro raro ya que él no es de hacer ese gesto, pero lo dejo pasar.

Nos quedamos en un silencio verdaderamente incómodo, con ambos pidiéndome con la mirada que saque de la casa a cualquiera de los dos. No botaría a Harry porque sé a que vino pero, ¿Jill?

—De todos modos, te voy a dejar los apuntes que te perdiste por ese incidente el otro día —dice la chica refiriéndose al día de mi desmayo, deja un par de hojas sueltas en la mesa de la sala y se voltea para mirarme— Las fotocopié, no te preocupes en pagarme, sabes que no es necesario.

—Pero Jill...

—Pero nada, sabes que para eso estamos las amigas —me sonríe sincera y luego cambia su cara como si sintiera algo raro— ¡Quita! ¿Quién te dio permiso de agarrarme la mano?

—De parte de Victoria —lo oigo susurrar y esta se aleja mirándonos como si presenciaría un partido de ping pong.

—Me retiro —dice contando en su mano las monedas que le dio Harry "de parte de mí"— Me cuentas como fue el teatro —suelta una tos fingida— Digo la cita, o lo que sea que vayan a tener, solo protéjanse, ¿sí?

Yo la miro boquiabierta y antes de reclamarle algo, la chica se echa a correr de la manera más rápida que alguna vez la haya visto hacerlo. Ni en deportes lo hacía con tanta agilidad. En vez de correr, ella no hacía más que caminar hasta que el profesor la miraba o hacía sonar el silbato literalmente en su oído.

Resoplo un poco frustrada por esas palabras dichas con Harry presente y cierro la puerta.

—Esta chica está loca.

—Dime algo que no sepa.

Me sobresalto y me giro un poco asustada para encontrar al chico detrás de mí con una sonrisa en el rostro, pero lo que aumenta mi sorpresa es lo que lleva en las manos.