Capítulo 40

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Un meses y dos semanas después

— ¿No puedes ir más lento? —jadeo cansada tratando de recuperar la respiración.

— ¡Vamos, amor! ¡Tú puedes! ¡Solo un poco más y llegamos! —me grita agitado— ¡Te recuerdo que Gigi dijo que debes hacer ejercicio!

— ¡Sí! ¡Pero... Ahhhhhh! ¡Ya no puedo! —grito— ¡Más despacio!

— ¡Vamos! Un poco más —se detiene un momento y besa mi frente sudada, pero a él parece no importarle. Luego continúa.

— ¡Ya deja de moverte! ¡Me cansé! ¡Es imposible si tú vas más rápido! ¡Al menos trota! ¡Ni más salgo a correr contigo!

Él se detiene y hace caso a mi suplica por lo que empieza a trotar en su sitio, esperando a que yo llegue a su lado. En vez de correr, me dedico a caminar, porque ni loca vuelvo a poner en apuros a mi cuerpo.

Cuando estoy llegando a su lado, quiero golpearlo con todas mis fuerzas porque mi novio empieza a correr mientras se ríe de mí. Avanza tan rápido que lo pierdo de vista igual de rápido. Aprovecho para destapar la botella que llevo en mano y beber de ella y también mojarme el cuerpo refrescándome.

Quien iba a pensar que casi dos meses se iban a pasar tan veloces. Falta poco para que llegue mi estación favorita y la más odiada por todos, pobre sol: El verano. En un abrir y cerrar de ojos ya estaré cumpliendo dos meses de relación con Harry en Noviembre. Se siente tan bonito cuando llamo "relación" a lo mío con el chico quien sigue corriendo y que ya ha pasado por mi lado varias veces riendo, como este preciso momento. Sigo sin creer que por fin he sido correspondida por sus sentimientos. Era algo que no lo veía venir, solo en sueños para ser sincera.

Al final, tenía razón. La calma de Harry había durado menos de una semana. En menos de tres días ya estábamos en una relación y los chicos explotaron cuando se enteraron.

Ellos casi se abalanzan encima de Harry, pero no lo hicieron por temor a hacerle daño, ya que él aún seguía en silla de ruedas.

A Jill la llevaron a detención por haber gritado tan fuerte a la hora de enterarse.

Zayn le dio una pequeña charla, como esas que tienen los padres con los novios de sus hijas.

No imagino como hubiera reaccionado mi padre si se enteraba que tengo novio.

Él era bastante sobreprotector.

La última semana de Setiembre, para sorpresa de muchos, Harry había empezado a caminar. Juro que lloré de alegría y lo abracé orgullosa porque había logrado algo de lo que llevaba quejándose semanas antes. Un par de lágrimas también resbalaron de sus mejillas. Estaba feliz. Estábamos felices.

Él temía no volver a caminar con normalidad. Pero con el paso de los días, empezó a flexionar sus rodillas al igual que los tobillos. Y un día que él estaba medio enfermo, yo había llegado del instituto y lo encontré en mi habitación caminando con lentitud sosteniéndose de la pared y de los muebles, para luego soltarse y empezar a dar pasos sin problemas.

El doctor le había dicho que para que los músculos vuelvan a actuar con normalidad, debía ejercitarlos, ya sea montando bicicleta o saliendo a correr. Y bueno, ya saben lo que hizo Harry. Él también aprovechó que Gigi había dicho que debería ejercitarme. Y bueno, aquí estoy esperando a que Harry deje de dar vueltas como trompo alrededor del parque.

Hidden Feelings [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora