Suelto al minino antes de que me responda con un dulce maullido y me vuelvo hacia Jill quien me está llamando desde las escaleras con su celular en la mano. Antes de articular palabra mira por encima de mi hombro con el ceño fruncido.
— ¿Eso es un gato? —pregunta extrañada.
—Sí. Me lo trajo por mi cumpleaños... —digo señalando al ojiverde— Creo.
—Eso fue hace ocho meses, Harry.
— ¡Es atrasado! —se defiende y le advierto con la mirada para que no le hable en ese tono a la chica. Él me ignora mientras mese al gato como si de un bebé recién nacido se tratara.
Si no es con los niños, es con los animales. Que chico más adorable me ha tocado.
—Niall no vendrá —giro mi cabeza como la chica de la película de terror y la miro confundida esperando a que Jill termine de hablar— O sea sí vendrá, pero el auto de su padre se ha averiado; y el restaurante no queda muy cerca que digamos, así que no creo que quieran ir caminando, ¿o sí?
— ¡Ya estoy aquí, abran!
La voz de Niall suena, mi rubia amiga baja las escaleras y corre hacia la puerta donde recibe al chico con un beso eufórico de los que siempre están acostumbrados a darse, sin importar en que lugar se encuentren o quien los esté mirando.
— ¡Hola chicos!
— ¡Niall! —saludo con la mano.
— ¿Que hay, hermano? —saluda mi novio y chocan los puños con un abrazo— ¿Así que no iremos? —Harry me abraza por detrás apoyando su barbilla en mi hombro.
—Uh, nop —sonríe inocente— Jill ya les habrá contado la dramática historia, entonces... ¿Por qué hay una pelota naranja en tu sillón?
Jill y yo rompemos en carcajadas después de las palabras del chico con referencia a la mascota que nos mira fijamente con los ojos dilatados. Él se acerca para acariciarlo, pero Chester se aleja como si la mano de Niall oliera feo o estuviera llena de bacterias.
—Creo que no le agradas —Harry se burla y el rubio lo mira mal.
—Discúlpame, amiguito —le acaricia la cabeza pero el gato salta del sillón y camina hasta otra parte de la casa ignorando a Niall— Bien, como sea, si no podemos ir... —se queda callado unos segundos hasta que nos mira sucesivamente a cada uno de nosotros— ¿Alguno de ustedes sabe cocinar?
(*)
—Harry ni terminó de servir y Vic dentro de poco ya pedirá el tercer plato.
— ¡Sí que puedes comer! —dice Jill riendo.
—Son unos exagerados —bebo de mi limonada y carraspeo— Amor, ¡esto está tan delicioso!
— ¡Me siento tan halagado! —dice Harry orgulloso. Se sienta a mi lado después de sacarse el mandil del Pato Donald y besa mi mejilla, luego dirige sus labios a mi oído— Come más despacio, ah y te manchaste la blusa con salsa.
Tomo entre mis manos una servilleta que se encuentra delante de mí y me limpio disimuladamente los pechos. Porque por desgracia la mancha se encontraba justo en esa parte de la blusa y... Harry lo vió.
El plan era que si no queríamos caminar varios kilómetros, uno de nosotros debía hacer la cena. Pero Harry no dejó que ninguno de los cuatro lo hiciese salvo él. Y eso que protestamos para que Harry no haga todo solo, pero él ni se inmutó a lo que decíamos y se encerró en la cocina.
— ¿Rizos? O mejor dicho... ex rizos —llama Niall.
— ¿Sí, rubia con su plata? —esas palabras hacen que Jill casi escupa el agua por la risa y yo niegue con la cabeza acompañada de risas nasales.
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Hidden Feelings [H.S]
FanfictionLos últimos años no han sido los mejores para Victoria. Ha tenido perdidas inesperadas y decepciones. Ella tendrá que pasar por algunos desafíos y repetir experiencias para que pueda aprender, soltar y sanar heridas de lo que tanto ha venido arrastr...