Hidden Feelings [H.S]

Capítulo 54

— ¿Y bien? ¿Qué es lo que me quieres mostrar?

—Aún no —besa mis labios y lo miro extrañada.

—No sé tú, pero ya me estás empezando a preocupar —digo peinándome frente al espejo. Harry se acerca y apoya su mentón en mi cabeza.

Ventajas de ser alto.

—No es nada malo, no te preocupes, al contrario.

—Digo, ya sé que tienes un auto, no sé en qué momento lo sacaste y en qué momento empezaste a ir a clases para aprender a conducir —el se ríe— No estarás metido en uno de esos negocios de mala muerte, ¿no? —exclamo señalando el espejo con el peine y el ríe más fuerte.

—Claro que no, nena. Ya te enterarás dentro de un par de minutos.

—Al menos dime que es lo que ocultas para no asustarme.

—No te vas a asus... —se detiene durante un par de minutos y yo volteo despacio.

—Harry... —le advierto.

—Estarás bien, te lo prometo —besa mi frente.

— ¡Pero Harry! Me acabas de dar a entender que básicamente no la voy a pasar bien y ¿quieres que esté tranquila? ¿Cómo quieres que...?

—Te presentaré a mi padre —dice con los ojos cerrados, como si no quisiera ver mi reacción. Yo me quedo inmóvil por un par de segundos.

¿Qué?

Es que este es un acontecimiento importante. Harry pocas veces me lo ha mencionado y esas veces no me dijo nada negativo sobre él. Hasta donde sé, él trabaja en el extranjero. Mejor dicho, se quedó trabajando en el país de donde Harry viene, Inglaterra.

Pero no tenía ni idea de que lo iba a conocer cara a cara el día de hoy.

¡Y él no me dijo nada! ¡No sé por qué!

Vic... 1, 2, 3. Relax.

—Creo que necesito que me cuentes la historia de anoche de nuevo.

— ¿La que ayudó a que te duermas? —asiento— ¿Estás bien?

— ¡No! ¿Por qué no me dijiste que lo conocería hoy?

— ¡Pues para evitar esto! —dice con una sonrisa nerviosa.

— ¿No ves que me hubiera puesto más nerviosa si me lo decías allá mismo en tu casa?

—Quería que fuera una sorpresa —lo miro mal— ¡Sorpresaaaa! —grita de manera infantil extendiendo sus brazos.

Me recuerda a un payaso que vino a animar una de mis fiestas infantiles.

—Tenías que ser tú —me cubro la cara mientras empiezo a quejarme en voz alta. Un par de segundos después, estoy entre sus brazos— Creí que solo iba a conocer a tu auto.

—Pues el auto vino con yapa —dice llevándome a la cama para sentarnos.

—Tu padre.

—Algo así —sonríe— Verás. Saqué una cuenta en el banco hace unos días con la plata que papá le depositó a mamá. Ese dinero es un regalo bien atrasado por mi cumpleaños, aunque más sería precumpleaños ya que febrero ya está cerca —dice pensando en voz alta y luego sacude la cabeza— En fin, él me dijo que era para que me comprara un auto y te sacara a pasear, entonces...

— ¿Cómo? —digo con una sonrisa.

— ¿Qué? —dice tomándome de las manos y al rato parece entender— ¡Ay Dios! ¡Vic! ¡Es mi padre! ¿Cómo no va a saber que estoy en una relación?