Capítulo 23

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— ¿Qué horas son estas de llegar señorita? —pregunta Zayn.

—Calla, no eres mi mamá.

—Ni siquiera has avisado que salías —dice mientras camina detrás de mí siguiéndome por toda la cocina.

—Ahora no hermanito, iré a ducharme, más tarde no estaré aquí.

—Encima quieres salir de nuevo y no dejas que te castigue —río.

— ¡Estoy avisando!

(*)

Hace mucho que no venía por estas calles, más de dos años. Puedo decir que ya olvidé donde vive mi amigo. Así que aquí me encuentro preguntando a gente desconocida para saber y dar con la casa en donde vive la familia Horan.

Que vergüenza.

Diez minutos después me encuentro tocando el timbre. Una señora rubia y a la que conozco muy bien me atiende sonriente.

— ¡Victoria! —grita emocionada y me abraza cariñosamente.

—Hola Maura ¡Cuánto tiempo!

— ¡Sí, bastante! se te extrañaba por acá ¿Buscas a mi hijo?

—Sí, ¿se encuentra?

—Está en su habitación. No ha salido de allí desde que llegó —me mira con un semblante triste.

— ¿Ya sabe lo que pasó? —pregunto con temor a que ella no lo supiera. Pero un atisbo de alivio me recorre cuando ella asiente. Sino, yo tendría que ser la responsable de los posibles ataques de nervios que le podrían dar y eso Niall no me lo perdonaría nunca.

—Esa chica nunca me dio buena espina —comenta.

Debería defender a mi amiga diciéndole que ella no es la persona que ella piensa y que solo ha cometido un error. Pero simplemente no puedo, porque lo que ella hizo ha estado muy mal y no sé que pensar de ella. Además, yo estoy aquí para apoyar a mi amigo. Así como ahora, que me encuentro en la puerta del umbral de su habitación.

Él se encuentra en su cama boca arriba con una almohada encima de su cara. Me acercó a él y escuchó un sollozo de su parte. Una vez que la cama se hunde por mi peso, él se saca el cojín y se sienta recostado en el respaldar de la cama.

El Niall alegre, bromista y gracioso se había esfumado por completo, ahora me encuentro frente a un Niall depresivo, triste y con la mirada pérdida.

—Hola —digo bajito.

Se frota los ojos y sonríe pero no lo logra porque más parece que se fuera a echar a llorar en cualquier momento.

Nos quedamos en silencio durante unos segundos, hasta que él se levanta de la cama. Se dirige hasta sus cajones y saca unos pantalones de chándal color gris y una camisa sin mangas.

—Ya vengo —avisa y se mete en el que supongo será el baño.

Creí que solo se cambiaría de ropa más no que se daría una ducha. Bueno, lo necesita, más para que se relaje que por su estado de ebriedad.

Me da pena verlo así.

Después de cuarenta minutos que significaron una eternidad, este sale del baño vestido mientras pasa las manos por su cabello mojado y se tira en la cama. Se acerca y besa mi mejilla. Se le ve un poco más animado, pero su mirada triste sigue siendo la misma.

Niall carraspea llamando mi atención y giro a verlo.

— ¿Te das cuenta que ambos estamos pasando por algo similar, no?

Hidden Feelings [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora