Remus Lupin

1.1K 41 1
                                    

- ¿Qué te parece sí compramos una moras silvestres?- le pregunté- Podría hacer una mermelada, sí te parece.

- Claro, te queda deliciosa. El clima está algo caluroso.

- Perfecto para un día de campo.

- Pero, no será hoy. Debemos ir a hacer compras en la ciudad.

- Vamos Remus, no seas tan aguafiestas.

- ___, no lo soy.

- Entonces llévame.

- No insistas, he dicho que no. Prometo llevarte mañana.

- Está bien, como digas.

- No te enojes.

Tomó mi mano y me beso. Caminamos por el sendero, vía a la ciudad. De a poco fuimos encontrando grupos grandes de personas. Entré rápidamente a la tienda campestre más hermosa que había visto y volví junto a mi novio. Un hombre pasó a nuestro lado y me sonrió. Le devolví el gesto tratando de ser amable. Pero esto no le gusto para nada a Remus.

- Vamos- me tomó de la mano y me jaló.

- ¿Qué?

- Vamos ¡Ahora!

Caminamos de prisa por el sendero y volvimos de inmediato a su casa. En el viaje, la bolsa con las moras se derramó por todo el suelo, no pude impedirlo. Me encontraba muy sorprendida por su actitud, no era justo.

- ¿Qué fue eso?

- ¿De qué hablas?- se despojó de su abrigo.

- Me jalaste por toda la ciudad.

- Fue lo que debí hacer.

- No, claro que no. Ni siquiera pude comprar el resto de cosas.

- Ya iré después.

- ¡Las moras se cayeron por todo el camino!

- Puedo comprar otras.

- ¡Ese no es el hecho!

- ___, no hay porqué discutir.

- Remus, ¿Podrías dejar tan solo un segundo de ser celoso?

- No, lo soy.

- ¡Por favor, admítelo!

- ¡Está bien, lo soy! ¿Cómo quieres que no lo sea? Eres una de las mujeres más hermosas de toda la ciudad, incluso del mundo entero.

- Te agradezco el gesto, pero eso no te da ningún derecho. Literalmente no puedo hablar con ningún otro hombre, incluso ellos ni me pueden mirar.

- ¡Son descarados! No tienen el derecho a hacerlo. Tú eres mi novia.

- Lo sé, no estoy diciendo lo contrario.

- Aquel hombre te observo de una manera, ni decirlo. Mi cólera incremento en aquel momento.

- Solo me sonrío, solo fue amable. Remus, no es la primera vez.

- ¡Ya te lo dije!

- ¡Y yo igual, no pienso permitirlo!

- Pues tendrás que aceptarlo, porque de hoy en adelante no saldrás de esta casa.

- ¿Qué?

Aquel día fue terrible para mí. Nunca lo olvidaré. Remus me tomó del brazo, jalándome por las escaleras y me encerró en la habitación. Solo la abría para darme de comer y para él dormir junto a mí. Estaba desesperada, él no tenía el derecho a hacer eso. Esto no se lo perdonaría.

One Shots Multifandom (Pedidos Abiertos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora