One Shots Multifandom (Pedidos Abiertos)

Casey Gardner

Caminé de la mano de mi novio. La tensión entre ambos era evidente. Él me ocultaba algo y no soportaba la idea de saber de qué se trataba. Nos sentamos en unas de las bancas del gimnasio, esperando que alguno hablará y aclarara la situación.

- ¿Nate?

- Mmm.

- ¿Qué ocurre?

- ¿De qué hablas?

- Estás muy extraño.

- No sé de qué hablas.

- Me estás ocultando algo.

- No, claro que no.

- Nate, no me mientas, te conozco bien.

- Morena, no insistas. Ya te lo dije, no es nada.

- Nate ¿Acaso me estás engañando?

- ¿Qué? No, ya te dije que no.

- ¡Nate, dime!

- ¡Basta, no más! - golpeó la banca- ¿Quieres la verdad?

- Sí.

- ¿

- ¡Me acosté con una chica!

- ¿Qué?

- Una sexy rubia universitaria, me acosté con ella y lo disfruté.

- ¡Eres un imbécil!

- Querías saberlo ¿No?

- Nate ¿Qué rayos te ocurre? - fruncí el ceño.

- Vamos Morena, tú sabes de qué hablo.

- Sé más claro.

- Estoy tan cansado de estar con una chica tan mojigata.

- ¿Disculpa?

- Todos los jóvenes tienen sexo, no entiendo cuál es tu problema.

- El problema es que eres un completo idiota.

- Morena...- me tomó del brazo, pero me solté de su agarre.

- No, no me pienso callar.

- ¡Suéltala! - Casey lo empujó.

- ¿Quién te llamó a ti?

- Tu querida novia- sonrío.

- Como no, sí eres la perrita faldera.

- Cuida tus palabras, pedazo de mierda.

- Será mejor que tú lo hagas. - la encaró- Lárgate.

- No lo haré.

- Casey...- susurré observándola, pidiéndole que se fuera.

- No Morena, no pienso irme.

- Hazle caso a tu amiga- se burló.

- Ya basta Nate.

- Por qué mejor no le hablas a tu amiga, ella se debe largar.

- Fíjate, Nate, tú no tienes porque exponer la vida íntima de ella. - Casey subió el tono de su voz- Tu masculinidad es tan frágil, buscas atención humillando a tu pareja. Eso te convierte en todo un pedazo de mierda ¿No lo crees?

- Oh, pero sí está hablando la lesbiana.

- Podré ser lesbiana, pero por lo menos yo respeto a mis parejas y las protejo de los demás. Cosa que tú no entiendes.

- No pienso discutir contigo. Vamos, Morena- me tomó de la mano.

- No- musité.

- ¿Qué dijiste?

- No iré contigo.

- Eres mi novia, debes obedecerme.

- No obedezco a mis padres mucho menos a un imbécil.

- Con que así estamos. Mejor para mí, puedo cogerme a la chica que quiera y no amarrarme a una mojigata como tú.

Casey me tomó del brazo y me llevó hasta un salón vacío. Tomamos asiento una al frente de la otra.

- Nate es un maldito.

- ¡Lo odio! ¿Cómo pudo? Él me dijo que me esperaría, nunca se quiso sobrepasar y ahora me sale con todo este rollo.

- No vale la pena, siempre te lo dije. Morena, no derrames ni una sola lágrima por él, no vale la pena.

- ¿No lo entiendes? Yo lo quería, llevamos juntos 4 años.

- Demasiado tiempo junto a él ¿Cómo no te diste cuenta? Empezando que no debiste salir nunca con él.

- Casey.

- Hablo enserio. Es un maldito ¿Cómo puede reclamarte? Tú siempre lo diste todo.

- Ya no más. No quiero hablar más de eso.

Casey se acercó a mí y depositó su mano en mi mejilla. Limpió las lágrimas restantes y besó mi frente. Su contacto cálido me hizo estremecer. Nate nunca me había acariciado, su contacto era nulo.

- ¿Morena?

- Mmm.

- ¿Te puedo confesar algo?

- Ajá.

- Pero por favor, no me malinterpretes.

- Ok.

- Tú me gustas.

- ¿Qué?

- Sé que siempre hemos sido amigas, pero yo no me siento bien con eso. Cada vez que te tengo cerca mi cuerpo tiembla y me desespera que tú no lo sepas.

- Casey...

- Lo sé, fue una estupidez decírtelo.

- No, no lo fue. Yo me siento igual. Cuando tenía cerca tu contacto físico, yo sentía algo raro, de cierta manera me gustaba. No quería admitirlo, pero creo que siempre me gustaste.

- ¿Enserio? Creí que era la única.

- Me alivia saber esto. ¿Casey?

- No quiero que pienses que me aprovecho de ti para olvidar a Nate.

- Claro que lo sé, tú no eres así.

- ¿Te gustaría salir algún día? - pregunté nerviosa- Como una cita.

- Por supuesto.

- Bien.

- ¿Te parece sí vamos a mi casa?

- Sí, por mi está bien.