Capítulo 16

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Terminando nuestra cena, habíamos subido al segundo piso en donde cada uno tomó direcciones diferentes a las que se suponían eran nuestros cuartos por esta noche. Hannah no dejaba de dar vueltas por toda la habitación demostrándome su nerviosismo, mientras yo en cambio buscaba y encontraba más artefactos muggles.

—¿Por qué te pones tan nerviosa Hannah?, tu madre probablemente ya esté dormida.— traté de calmarla ahora que empezaba a ponerme nerviosa a mí también

—ya tardó mucho. ¿Y si papá lo encontró a punto de entrar y ahora le están dando una charla en la sala?

No me atreví a decir nada más porque comenzaban a sonar absurdas todas sus teorías. Estaba boca abajo con mi pijama ya puesta jugando con algo llamado Nintendo, aunque no tenía idea de cómo se usaba. Tocaron tres veces la puerta con suavidad tratando de pasar desapercibido, haciéndonos saber que era Ernie.

—Largo. Largo.— Hannah me sacó de su habitación después de que Ernest había llegado por fin, dejándome sola en medio del pasillo oscuro.

Caminé hasta la habitación en donde ahora dormiría con cuidado de no ser descubierta por Thalía. Podía imaginar su carta llegando a mamá, contándole cómo me escabullí por la madrugada para dormir con un chico. Giré el pomo de la puerta lentamente encontrándome con George cambiándose, rápidamente me di la vuelta pero ya era tarde, me había escuchado entrar.

—oh, esta bien Horgan, no es como si no hayas estado mirándome toda la tarde mientras me hacían el tatuaje.— George provocó que mi cara ardiera de vergüenza. Me giré de vuelta dándome cuenta que ya tenía su pijama puesta.— ¿Qué pasa? ¿En dónde esta Ernie?

—¿No te dijeron?— dije aún pegada a la puerta sin quitar mis manos del pomo.

—¿Decirme qué?— preguntó de vuelta confundido recargándose sobre sus codos en la cama para mirarme.

—Ernie dormirá con Hannah. Así que... me mandaron aquí.

—Ah ya entiendo. No me equivoqué cuando dije que eran un viejo matrimonio, todo el día peleando pero en la noche regresan para dormir juntos.— negó con una sonrisa para después palmear la cama a su lado indicándome que fuera.

Me recosté a su lado mirando el techo por algunos minutos bastante incómodos en los que no dijimos nada. Las pequeñas lámparas a ambos lados iluminaban medianamente la habitación dejándonos aún ver con claridad.

—sabes, creo que me gusta más la vida aquí que en el mundo mágico...— confesé sintiéndome sorprendida de mis propias palabras.

—a mí también me gusta. A veces odio lo difícil que es vivir allá con todo lleno de prejuicios.— lo miré de lado mientras hablaba. Sabía que dentro del George bromista y valiente que aparentaba ser, en realidad era una persona delicada y sentimental que le lastimaban los comentarios hirientes que hacían acerca de su físico y familia.— aunque no es del todo malo haber nacido allá.— habló también volteando para mírame a los ojos.

Imprevistamente me jaló hacia él, provocando que quedara casi encima suyo mientras nuestras piernas se entrelazaban. Acarició mi espalda con las puntas de sus dedos y yo simplemente me limité a colocar mi cabeza encima de su hombro alcanzando a escuchar sus latidos gracias al silencio que había en toda la habitación y casa.

—la última vez que fuiste a mi habitación, deseaba que te quedaras conmigo, así.

—sabes que no podía, parece que tu hermano me odia.— cerré los ojos acomodándome de mejor manera. Accidentalmente lastimé su pecho provocándole un quejido de dolor.— ¿Qué pasa?— me separé de él con preocupación analizando con la mirada su cuerpo.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 | Draco Malfoy vs George Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora