Capitulo 83

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Abrí los ojos con mucha molestia y dolor, justo a mi lado había una ventana la cual traspasaba la potente luz del sol pegando directamente en mi cara.

Me giré sobre la cama logrando ver a George durmiendo cómodamente frente a mí. Inconscientemente se acercó ajustando su agarre a mi cintura y escondiendo su rostro en mi cuello como hacía siempre o, probablemente porque la luz también le molestaba. Rodee su espalda con ambos brazos masajeando su cabeza.

Tuve una mejor vista de su habitación ahora que la luz entraba. No había mucho dentro y lo entendía ya que no habían pasado muchos meses desde que se había mudado: su cama estaba colocada pegada a la pared y ventana, había una mesita de noche muy desordenada entre botellas, hojas, libros y libretas. Además de un armario negro colocado frente a la cama.

—¿Tienes hambre?— George habló después de un rato con voz muy adormecida sin ganas de moverse de su posición.

—mucha, pero no quería despertarte.— rió bostezando y soltándose de mi agarre alcanzando con su mano su varita puesta encima de la mesita.

Las puertas de su armario se abrieron mostrando dentro toda su ropa doblada y colgada un poco desorganizada. Acercó a él un pants y un suéter bastante anchos que parecían ser muy cómodos. Se sentó a la orilla comenzando a cambiarse.

—¿Puedes prestarme algo?— le pregunté tapándome hasta el cuello con su cobertor algo avergonzada.

—mmh... puedes quedarte así.— dijo burlesco mirándome de reojo pero de inmediato sacó una playera negra también de su armario.

George

Me acerqué a mi cocina sacando de la alacena los ingredientes que utilizaría para el almuerzo. Con movimientos de mi varita y mucha concentración comencé a mezclar todo en el aire encima de un sartén.

—¿no tienes que trabajar hoy?, ya son las once.— preguntó preocupada recargándose de brazos cruzados sobre la encimera ya con mi playera puesta que le llegaba por encima de los muslos.

Me fue inevitable no sonrojarme y sentir mi corazón latir un poco más rápido cuando la vi, provocando que casi perdiera la concentración de lo que cocinaba.

—Fred y yo nos quisimos tomar el día libre, él está con Angie, aunque hablando enserio, Fred parece tomarse todos los días libres aquí.— giré los ojos enojado.

Si Fred no fuera mi hermano ya estaría despedido hace varias semanas. Éramos gemelos, pero para nada éramos iguales; definitivamente yo me preocupaba más por la tienda y eso se comenzaba a convertir en un peso porque no estaba recibiendo ayuda. Sabía que hacía su mayor esfuerzo, pero a la mitad del día desaparecía de la tienda dejándome el trabajo pesado a mí.

—y tú quisiste quedarte aquí conmigo.—soltó en voz tierna uniendo sus cejas para mirarme con ojos de perrito.

Tenía toda la razón, si no fuera por ella aquí yo ya estaría trabajando desde las nueve en punto. Pero claro estaba que quería aprovechar su visita y despertar con ella.

—cuidado con ese ego Horgan, te hace daño pasar tanto tiempo con Draco.—le sonreí terminando de preparar el desayuno dejando los platos sobre la mesa.

—es que no te culpo Georgie, quien no quisiera pasar tiempo conmigo.—volvió a hablar con gracia siguiendo la corriente.

Comenzamos a comer y platicar entre bromas y risas, había extrañado bastante verla despertar y sentirme albergado entre sus brazos y cuerpo, y por primera vez con privacidad. Este momento definitivamente se sentía especial y diferente a los demás, se sentía fantástico estar en mi propia casa desayunando con ella.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 | Draco Malfoy vs George Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora