Capitulo 42

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Baje del tren en busca de mi madre después de haberme despedido de todos mis amigos y George.
La encontré platicando animadamente con Thalía Abbott.

Después de una rápida aparición ya estábamos en la sala de nuestra casa. El rico olor a lavanda y la buena vibra que había dentro me llenó rápidamente. Winky y mamá tenían ya lista la comida que obviamente había disfrutado totalmente, en Hogwarts la comida era rica, pero siempre le faltaba un toque de amor.

—¿Iremos con tus amigos de la orden?— pregunté ilusionada con la idea de poder ver a George.

—no, esta vez no te podré llevar Claire. Las cosas ya no son seguras, no sabemos si los mortifagos nos pudiesen estar vigilando.— mis ánimos comenzaron a bajar al escucharla.

—entiendo...

—sé que quieres ver a George y no te preocupes. Los Weasley y Sirius vendrán a cenar el próximo viernes por la noche.— aclaré mi garganta tratando de ocultar mi felicidad y emoción. Asentí "tranquilamente" con la cabeza mirando mi comida.

George vendría por primera vez a casa y la idea de poder recorrer juntos el jardín, acostarnos en mi propia cama o enseñarle mis instrumentos de música muggle me provocaba extremo entusiasmo.

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Alisé una vez más mi vestido, sentía algo de inseguridad ahora que no había necesidad de utilizar abrigos, me sentía muy ligera y extraña, provocando que no supiera en donde meter ni poner mis manos. Me miré por cuarta vez en el espejo asegurándome de que me viera bien, para ser sincera quería causar una buena impresión en Molly.

Tomé por fin valor para dignarme a bajar por las largas escaleras sujetándome del barandal dorado. Las risas y platicas ya se escuchaban desde la sala. Me asomé tímidamente saludando con la mano. George me miró desde el sillón con una enorme sonrisa recorriendo y admirando lo que llevaba puesto.

—¡Claire!, debiste bajar hace cuarenta minutos. Todos estaban esperando por saludarte.— reí nerviosa sentándome a un lado de mamá. Habían venido todos los Weasley que hasta ahora yo ya conocía: Ron, Ginny, Fred y George, además su madre y padre. Por primera vez George vestía algo diferente a su hermano, tenía una camisa negra un poco fajada por debajo de sus jeans, probablemente también queriendo causar algo de impresión.

La luz de la luna entraba por los ventanales que había en el techo y la pared, dejando ver fácilmente las estrellas y los bonitos árboles que mi madre cuidaba. Las ganas de poder irme de ahí con George eran grandes, pero era obvio que no nos dejarían ir antes de cenar y su platica parecía no tener fin.

Mi novio me veía directamente a los ojos con una pequeña sonrisa, me estaba dando la sensación de que sólo quería ponerme nerviosa. Comenzó a pasar sus manos por sus piernas sobándolas lentamente y abriéndolas más de lo normal. Todos hablaban entre sí a excepción de nosotros dos que nos mirábamos profundamente y en silencio. Sin pensarlo más me paré de mi lugar caminando lentamente antes de darle una última mirada.

Después de unos segundos de haber salido de la sala, George venía también a mis espaldas. Me metí en un pequeño baño oscuro que se encontraba por debajo de las escaleras. A los pocos segundos alguien abrió también la puerta dejando entrar algo de luz.

—lumos maxima.— la potente luz salió de la varita de George alumbrando por completo el pequeño baño. Dejó caer su arma al piso acercándose a mí sin aguantar más. La fría pared chocó contra mi espalda y las fuertes manos de George se sostuvieron en mi cadera.— tu casa es muy bonita...— pronunció a centímetros de mis labios.— me encantaría poder conocer tu habitación.— susurró en mi oído con suavidad antes de comenzar a besar mi cuello.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 | Draco Malfoy vs George Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora