Capitulo 30

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Draco

Me sentía y me veía tan lamentable las últimas semanas de vacaciones a causa de que no tenia a alguien con quien hablar o reír. Por suerte mi casa era inmensa y eso evitaba que pudiese encontrarme con personas, resultando que pasara el día entero dentro de mi habitación o biblioteca para evitar regaños por parte de mi padre.

La diferencia era que este día tenía algo más de luz y yo me encontraba cargado de energía. Era 31 de diciembre, y a comparación de navidad, en este día había más invitados en mi casa por parte de mi padre.

Tomé una ducha extremadamente larga gracias a que el agua caliente me hacía imposible querer salir. Me tomó bastantes minutos alistarme: había peinado mi cabello con algo de gel y había pasado la mayor parte del tiempo tratando de elegir el traje que me pondría.

Quería verme presentable, quería verme de la mejor cañera posible para Claire. Deseaba pasar un lindo día a su lado, empezar 1996 con ella podría ser un buen comienzo y un buen año.

Algo que no muchas personas sabían de mí era que había aprendió a tocar el piano. En tercer año me había unido a una clase extra de "música muggle" acompañado de Claire. Me había enamorado completamente de cómo sonaba cada nota. Rogué intensamente por conseguir uno ganándome la desaprobación de mi padre. En cambio, mamá estaba de acuerdo con mi idea diciendo que ella también había tenido uno en su antigua casa.

Las ideologías que mi padre me había tratado de inculcar desde que era un bebé, habían ido desapareciendo poco a poco gracias a Claire. Y para ser sincero, ya no me importaba mucho las clases de sangre, o si los muggle eran inferiores a nosotros o no.

Tal vez podía insultar a los Weasley, pero la verdad era que no lo hacía por su "traición a la sangre"o por su falta de dinero, era más bien porque sabía que eran completamente felices y porque sabía que George Weasley quería a alguien que yo también queria.

—Draco, tienes que bajar. Los invitados no tardan en llegar.— la delicada voz de mi madre se escuchó detrás mío.

—en un momento voy.— respondí amable con una sonrisa terminando de practicar. Comenzaba a olvidar partes y no quería decepcionar a Claire.

Bajé las largas escaleras con mis manos en los bolsillos. Mi corazón se aceleró al instante que vi a Claire acompañada de su padre entrelazando sus brazos en la entrada. Mi rostro irradió felicidad, era imposible de evitar mi sonrisa al notar lo hermosa que se veía hoy. Llevaba un vestido negro que le llegaba por debajo de las rodillas y un abrigo de botones negro que le llegaba a la misma altura.

—Philippe, qué gusto volver a verte.— mi padre le dio un saludo con la mano invitándolos a pasar.

Intente buscar la mirada de Claire pero parecía ni siquiera notar mi presencia cuando me encontraba a un lado de mi padre.

—que grande está tu muchacho. La última vez que lo vi fue en el noventa y tres. Ya es todo un hombre.— siempre había pensando que Philippe era una persona "amable" con un lado muy oscuro que nadie conocía, tal vez sus lentes o su tono de voz juguetón lo hacían ver un poco más agradable que mi padre.

Caminé detrás de los tres cuando se dirigieron a la sala y me senté en uno de los pequeños sillones individuales frente a ella. Su cabeza permanecía observando el piso sin atreverse a mirarme una sola vez.

—iré al baño— de prisa se puso de pie retirándose de la sala.

—Lucius me comentó que de nuevo eres un muy buen amigo de mi hija.— Philippe llamó toda mi atención, él al igual que mi padre, ya había comenzado a beber whisky de fuego.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 | Draco Malfoy vs George Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora