Capitulo 45

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Me pasé lentamente por el pasillo del vagón de Slytherin acompañada de Draco, nuestros amigos también parecían acabar de llegar. Me acerqué abrazando primero a Blaise quien me levantó del suelo en un fuerte abrazo.

—¿En dónde se habían metido? No contestaron ninguna carta.— preguntó Pansy abrazándome también.

—te lo tendré que explicar después.— dije tomando lugar en medio de Draco y Blaise. No sabía si era buena idea contarle a nuestros amigos lo de la marca, aunque sinceramente no importaba ahora que también se veían implicados porque sus padres eran fieles servidores y admiradores de Voldemort.

—alguien te estaba buscando cuando llegamos.— Blaise levantó sus cejas con una sonrisa. Mi corazón se derritió cuando me di una idea de quién había sido. Sin embargo me aterraba la idea de tener que verlo ahora mismo o de lo contrario soltaría mi almuerzo frente a él.

—¡Claire Horgan!— la voz de Hannah resonó por el pasillo después de un buen rato.— ¿Por qué no me enviaste ni siquiera una carta en todas las vacaciones? Creí que te habían cortado las manos.— la rubia se paró al borde de mi asiento acompañada de Ernie.

Todos miramos con sorpresa sus dedos entrelazados.

—Cuéntenlo todo...— soltó Blaise refiriéndose a ellos dos antes de que yo respondiera su pregunta.

—no hay nada que contar Zabini, creo que es muy obvio.— Ernie rodeó los hombros de Hannah con su brazo pegándola a su pecho.

qué bien, desaparezco tres meses y me pierdo de todo...— murmuré dejando caer mi cabeza en el asiento.

—Claire, George te está buscando.— dijo Hannah haciéndome recuperar mi compostura y provocando que mi estomago diera vueltas.

—¿En dónde está?— mi mirada se concentraba en mis uñas y anillo tratando de ocultar mi nerviosismo.

—en su vagón, supongo...— asentí, mi pregunta había sido absurda, era obvio que estaría en el vagón de Gryffindor con sus amigos. Me levanté sin más comenzando a caminar por los pasillos pensando en lo que diría.

Mi decisión había sido terminar con George, sólo por un tiempo y eso sólo si decidía esperarme hasta terminar con todo esto. Iba a utilizar a Harry Potter a mi beneficio, ilusionándolo y enamorándolo para al final terminar llevándolo hasta su propia muerte pero antes tenia que robar la preciada profecía. Yo era una total asquerosa y traidora, pero me asustaba más ser torturada de la peor manera y después ser asesinada.

Sabía que Harry Potter podía ser más astuto que yo y eso probablemente le haría ganarme o descubrirme antes de que yo pudiese conseguir algo de él, pero a mí ya no me quedaba otra opción. Yo no sabía en dónde tenía guardada la profecía y tampoco podía convencerlo de llevarlo conmigo sin siquiera ser amigos. Así que sólo tenía dos opciones... intentarlo y ganar, o morir.

Llegué hasta los leones quienes jugaban y platicaban alegremente por los compartimentos y pasillos. Harry Potter se cruzó en mi camino apurado, le dirigí una mirada con una sonrisa y rápidamente me miró nervioso sonriéndome con los dientes de la misma manera.

—ho-hola Horgan.— se pegó a la pared para dejarme pasar por el estrecho pasillo. Sin responderle seguí mi camino mirando cada compartimiento en busca de algún cabello pelirrojo.

Una puerta se abrió por enfrente de mí antes de llegar, la figura alta de un pelirrojo me dio la espalda, llevaba una blusa naranja de rayas y debajo otra blusa de manga larga del mismo color. Su cabello lucía un poco más largo y descuidado.

—¿George?— de nuevo la sensación de nerviosismo estaba presente en mi estómago provocándome ganas de correr al baño. Se giró de prisa con los ojos brillosos.

Sin decir una sola palabra me abrazo agachándose hasta mi altura. Sus brazos apretaron mis hombros y espalda besando mi cabeza sin querer separarse.

—Me tenías tan preocupado. Día y noche pensé en ti, te envié cartas, te busqué, fui hasta tu casa... pero los mortifagos están en todas partes vigilándola.— la sensación de arrepentimiento llego a mí, solté una lágrima en su pecho sabiendo que estaba por lastimar a la persona que más me había amado.

—yo también te extrañé, George.— mis brazos estaban en su cintura acariciando la tela de su playera.

—amor...— mi piel se enchinó al escuchar cómo me había llamado.— No quiero que te sientas culpable de lo que pasó, tú no tienes la culpa de que Bellatrix Lestrange esté completamente enferma.— su mentón descansaba sobre mi cabeza.— Sabes que fue mi culpa por insistir, pero aún así...

—George, basta.— interrumpí, sin darme cuenta ya había mojado su blusa con mis lágrimas. Había extrañado inexplicablemente su calor, voz y sus abrazos tan reales y llenos de cariño.

—¿Por qué lloras?— tomó mi rostro en sus manos para mirarme mejor, con sus pulgares limpió mis lágrimas.

—yo...— no pude continuar cuando comenzó a caminar agarrado de mi mano, la verdad era que había mucha gente a nuestro alrededor impidiéndose tener una conversación privada.

Llegamos al pequeño baño y entramos asegurándonos que nadie nos viera. Me recargué en la pared tratando de recuperar la calma pero era imposible teniéndolo de frente a mí tocándome como lo hacía siempre.

Sus manos entraron por debajo de mi blusa recorriendo mi piel hasta mi espalda entrelazándolas ahí mientras me veía a los ojos.

—George, yo tengo que decirte algo.— dije sintiendo mis manos temblar.

Horgan, suéltalo.

—tenemos que terminar.— me miró arrugando la frente con confusión. Sentí sus manos deslizarse hasta salir de mi blusa.

—no, no lo entiendo. ¿Qué hice mal?— su voz cambió esperando alguna explicación mía.

—no hiciste nada mal pero, nuestra relación no va poder funcionar este año. Cosas malas están pasando y corro peligro, necesito hacer algunas cosas pero hasta entonces no podemos estar juntos.— entrelacé mis manos mirando al suelo esperando por su respuesta.

—sé que cosas malas están pasando, pero no lo entiendo. Claire, yo jamás dejaría que algo malo te sucediera. Estoy dispuesto a cuidar de ti.— su mano de nuevo fue hasta mi mejilla acariciándome con ternura.

—George, yo me puedo cuidar sola pero ahora tengo cosas importantes que hacer. No te quiero lastimar, conoce gente nueva mientras tanto.— negó con la cabeza cerrando los ojos con frustración.

—No. No. No. ¡Yo te quiero a ti, Horgan!— sus labios chocaron con los míos en un beso y difícilmente me separé de él notando la tristeza en su rostro.

—tengo que regresar...— sus brazos me apretaron con fuerza pegándome a su cuerpo sin déjarme salir.

—te convirtieron, ¿verdad?— pronunció enojado ocasionando que lo mirara de inmediato a los ojos.

Negué con la cabeza.

—¿Convertirme en qué? Claro que no.— mentí

—¿Cuánto tiempo te tendré que esperar entonces?

—no lo sé George, ya te lo dije. Es mejor que conozcas a otras personas en caso de que nada salga bien.

Cuando por su propia cuenta se enterara en lo que estaba metida y que mi plan era conducir a uno de sus mejores amigos hasta la muerte, me odiaría.

Su agarre se volvió a aflojar logrando dejarme salir por fin de ahí.

En mi mente se había cruzado antes la idea de contarle todo lo que me había pasado en vacaciones y decirle sin mentiras mi plan creyendo que probablemente así no tendríamos que terminar, mientras él me dejaba acércame a Harry Potter de otra manera sin pensar que yo lo estaba engañando. Pero era absurdo, era obvio que no vería a su mejor amigo morir poco a poco. Y así también, su complejo de héroe saldría a flote y terminaría dañándome al quererme salvar de las garras de Voldemort.

Llegué hasta mi mesa, probablemente mi rostro y mi vibra ya irradiaban tristeza. Todos guardaron silencio al verme suponiendo lo que había pasado gracias a mis ojos llorosos. Me volví a sentar en medio de Blaise y Draco, Zabini se apresuró a pasar su brazo por mi hombro apoyando su cabeza sobre la mía.

-va sanar...-susurro.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 | Draco Malfoy vs George Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora