Un rato después de conversar con las muchachas en la habitación compartida de Angela y Agnes, nos dispusimos a caminar al comedor.
Cuando cenamos, nos marchamos con suma tranquilidad hacia la casa de la colina. Era un alivio que esa vez el grupo de amigos de mi hermano no hubieran interrumpido nuestra cena para hablar con nosotras, aunque al entrar los saludamos con la mano ya que, ellos nos miraban desde su mesa lejana mientras cenaban.
El camino hasta la casa de la colina fue tranquilo, mientras Angela y Edith charlaban entre risas y Agnes miraba el paisaje que nos rodeaba relajada, yo me permití desconectar unos segundos para pensar en mi hermana y en qué estaría haciendo en ese momento.
Seguramente estaría en su habitación, jugando con su ratón y dándole de comer bichos que le habría ayudado a encontrar Vairon en su tiempo libre. Y, dentro de un rato, Alissa saldría de su habitación con cautela y se encontraría con Alice en el jardín trasero de la mansión, para ver las estrellas tumbadas entre la hierba rodeada de árboles plantados por los esclavos.
Y, con cuidado de que nadie las viera, se pasarían horas de la madrugada charlando y riendo en el jardín pero lejos de la mansión para que nadie las escuchara. Y, después se marcharían a descansar cuando Alissa bostezara y Alice se diera cuenta de que eran las tantas de la madrugada y que era suficiente porque tenía que madrugar para hacer el desayuno.
Me sabía de memoria todos sus movimientos, era algo que hacíamos desde pequeñas, primero Alice y yo y, después, cuando Alissa creció un poco y nos pilló, también, se unió a nuestras escapadas nocturnas. Anhelaba eso y las anhelaba a ellas.
Sin esperarlo demasiado, la imagen de Kai vino a mí y el recuerdo de que él todavía poseía mi libro de lucha también. Esa noche en el comedor no había querido acercarme a la mesa de mi hermano y reclamarle el libro a Kai porque, para empezar, iba a ser extraño y, para terminar, porque iba a ser muy incómodo por todas las miradas atentas que nos iban a lanzar a ambos y que tampoco se esforzaban en disimular.
Tampoco tenía oportunidad de pedirselo hasta que mañana lo volviera a ver en el comedor o en otra clase, si es que íbamos juntos de nuevo. De todos modos, el libro de lucha no me urgía, podía sobrevivir sin él hasta el día siguiente, así que, opté por hacerme una nota mental para recordar que se lo debía de pedir el día siguiente.
Al llegar a la casa de la colina, mientras hablabamos de nuestro día y me hacían temer lo peor para el comienzo de alguna clase al día siguiente, subíamos las escaleras ordenadamente.
Edith me había informado que el profesor de química, básicamente, era un ogro. Me había dicho que no era muy simpático y que era peor con los alumnos con impuntualidad. Así que, más me valía llegar temprano a su asignatura
Poco después me encerré en mi habitación, poniéndome el pijama sin mucha prisa. Era un camisón de algodón negro y algo ajustado a mi cuerpo, con algunos detalles en color verde esmeralda.
Cuando estaba a punto de apagar la única luz que había encendida en mi habitación; la lámpara de encima del escritorio, causando una área de paz y tranquilidad a mi habitación, escuché un ruido.
Mis ojos se apartaron de la lámpara para mirar hacia la ventana que había justo en el centro del escritorio, dando un par de pasos hacia atrás, atenta al ruido que acababa de escuchar. Parecía que algo se había chocado con la puerta de cristal de mi balcón.
Me quedé en silencio, lejos de la puerta del balcón, pero observándola con cautela y a escondidas. Segundos después vi como una piedra volaba hasta chocar con la puerta transparente y aterrizar en el suelo de piedra del balcón.
Fruncí el ceño y sentí un hormigueo de miedo que recorrió todo mi ser, pero lo dejé pasar, ignorándolo como pude mientras me armaba de valor y caminaba decidida hacia las puertas de cristal, ambas cerradas. Miré a trevés de estas pero no vi nada, ni a nadie, así que, coloqué mis finas manos en los dos pomos de frma de diamante negros y abrí las puertas.
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LA ROSA NEGRA
FantasyBrenda, una princesa guerrera, empieza su primer año de Instituto en el centro de Magia y Guerreros. Allí conocerá a sus primeros amigos, como a su primer amor, pero junto a eso también se desencadenará una continuidad de trágicos acontecimientos co...