Mi Pobre Diablo (Yoontae)

Capítulo 53

Me ahogo en mis lágrimas por no se que número de vez es esta.

Lloro como lo hice el primer día, sigo llorando en estos tres meses que pasaron desde que desapareció de mi vida.

Se fue, me dejó con mi nube negra, se fue llevándose lo que más amo, se llevó nuestro bebé.

Nadie logra encontrarlo, a pesar del esfuerzo que hice en pagar los mejores detectives, nadie lo encuentra ni a él ni a Woosung, ninguno de los dos aparece por ningún lado del país, ni del aeropuerto, ni del otro país que se fue.

Por cámaras de seguridad del aeropuerto obtuvimos el lugar donde viajo pero no está en ese país, no lo encuentran, no se sabe nada de él.

— Si tannie, el nos dejó solitos — sollozo abrazando al perro.

Desde lo que sucedió se dedicó a dormir conmigo y lo acepto, al parecer siente mi tristeza y yo siento la suya de que extrañamos a alguien, desde esos días hemos estado juntos.

No he vuelto a trabajar, paso encerrado en mi habitación, la que era nuestra ahí estamos con yeontan ahogándonos en nuestras penas y en el alcohol.

No me interesa salir, me duele tanto el corazón que no quiero saber nada de nadie, mi hermano vino a verme pero no lo dejé entrar, no quiero que nadie me tenga pena, jin hyung intento hacerme bajar pero no lo logró, solo lo hice enojar por no comer, no dormir, no nada.

Hasta que me dijo que lo esto que estoy pasando es como el luto, muy doloroso que algún día se cura pero jamás se va a curar esta tristeza que tengo, jamás voy a ser la misma persona porque lo perdí, porque se fue y me dejó.

— Ogrito baja a comer — nana pide por veintiaba vez en el día.

No digo nada, me mantengo mudo abrazando a yeontan que también llora, mojo su pelaje con mis lágrimas y el moja mi brazo con las suyas.

— Yoongi hyung por favor baje a comer — escucho a Jungkook llorando del otro lado — Dejame entrar por favor, soy tu hermano, me necesitas y aquí estoy para ti.

Llorando dejo que mi cuerpo se guíe hasta ese lugar, despacio abro la puerta dejándolos entrar.

Golpeándose con todas las cosas por la oscuridad del lugar caminan hacia mi, abren sus brazos y me refugio en ellos llorando con fuerza.

Dejo que mi corazón libere ese dolor que tengo, esa angustia, esa desesperación, esa amargura por perder al amor de mi vida y a mi pequeño ogrito.