Intenciones y decisiones Parte I

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Atención este capítulo puede contener algunas escenas con contenido sexual explícito. Leer bajo su propia responsabilidad.

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Y sigue todo igual, sigue lento sigue frío, sigue sin parecer tener algo divino, es un rompecabezas de miles de piezas que ya no quiero armar ya no pretendo armar, no. Y cuando pude estar seguro, de que sería yo o ninguno, volaste como arena con el viento, trataste de taparlo con un dedo... - Rompecabezas, Concorde

El príncipe Saiyajin había decidido que pasarían varias semanas en ese lugar, parte importante de estar de visita en Zerk, consistía precisamente en asistir a otros  planetas cercanos y que estos aceptaran estar dentro de su  "alianza".

El Rey de Zerk lo acompañaría, pero eso sería en 3 días más. Tenían pues, algunos días para poder descansar y dedicarle a la peliazul y a su cachorro, tal como les había prometido.

Así que los usaría para acercarse a ella y ganarse su confianza tal como lo había ideado. Aprovecharía los mismos, para avanzar en sus planes de reconquista y llevar a la ojiazul al paseo prometido.

Por primera vez se hallaba muy nervioso, la humana estaba resultando ser todo un reto y sabía que no debía dar nada por sentado, ese había sido su principal error con ella, creyendo que reaccionaría como las demás razas débiles lo hacían y cada vez lo había sorprendido.

Se sentía por primera vez muy vulnerable pues jugaba en terreno desconocido, siempre había despreciado los sentimientos y se había burlado de ellos y ahora... Debía aprender a entenderlos, a interpretar miradas, silencios y sonrisas para poder comprender si iba por buen camino o si lo había vuelto a estropear.

Nunca antes se sintió tan estresado por tratar de entender a alguien y es que de hecho, nunca le importó realmente conocer a otro ser o siquiera tomar un poco en cuenta los sentimientos de alguien más, siempre fue un egoísta por excelencia.  La mujer peliazul era el mayor reto al que se había enfrentado.

Bulma era un completo enigma que lo volvía por ratos loco, lo frustraba. Pero nunca antes se había sentido tan feliz, ni había valorado como ahora, el tener una sonrisa de la mujer de los ojos celestes.

Suspiró.

«No cabe duda que mi padre se debe estar revolcando en el infierno por mi comportamiento...»

El peliflama sonrió para sí mismo.

«¡Oh sí, "mi queridísimo Padre"! Ese que me dejó con Freezer. Sin duda estará revolcándose en el infierno, maldiciéndome y desconociéndome»

Una sonrisa malvada se formó en su rostro, sabía que estaba siendo injusto con la memoria del rey pero de cierta forma lo culpaba. Sentía que si él no hubiera sucumbido a la presión de hacer realidad el sueño de su progenitor, las cosas no estarían tan mal con la terrícola.

«Bueno PADRE, el bastardo como seguramente tú llamarías a Trunks, resultó ser el mejor de mis cachorros»

El orgullo saltaba en él. Lo sabía perfectamente que él, Vegeta IV, había resultado ser una total deshonra para su raza. Pero jamás se había sentido más orgulloso de un cachorro como lo estaba de Trunks, ni se había sentido tan vivo como cuando había tenido a esa ninfa azul entre sus brazos y no se mentiría sobre eso.

Sonrió para sí mismo, era un hecho fuera de toda discusión, necesitaba recuperarla, sabía que volvería a ser "él" cuando ella descansara nuevamente entre sus brazos. Debería enfurecerle el ser tan débil y dejarse dominar por la hembra pero no se mentiría más, la necesitaba desesperadamente a su lado.

El destino de un Príncipe /Vegebul / V.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora