Lobo, ¿Estás ahí? parte II

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Los personajes no me pertenecen, son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Yo perdida entre la niebla, a medio gas me tuve que morder la lengua mil veces para no ser siempre la primera en querer volver. Tú con tu fruncir de cejas, endemoniadamente guapo siempre en pie de guerra, No me mirabas para que yo no te viera, pendiente de mí. Tuya, soy tuya, no hay día, que no me sangre la herida, no puedo más Tuya, soy tuya, la vida, parece una tontería cuando no estas. Tuya mucho más de lo que jamás me atrevía a pensar... - Te Pertenezco, Fey

Bulma despertó con el ánimo decaído. Había tenido una noche de perros, pero por fin hoy era su cumpleaños. Hubiera dado todo porque Vegeta se estuviera ahí, pero el orgulloso Saiyajin simplemente no daba señales de vida. Y necesitaba a toda costa intentar que las cosas estuvieran bien con su ánimo.

No podía dejar que los demás la vieran mal. Suspiró y decidió que a pesar de su dolido corazón encontraría la forma de pasarla bien. 

Se metió al jacuzzi que tenía en su cuarto de baño, puso sales aromatizantes y decidió darse un merecido y relajante baño. Aún tenía que ver que los preparativos estuvieran acordes con lo ella había planeado. Suspiró iba a ser un día de locura.

Yamsha se despertó temprano ese día y empezó a bañarse, pensando en el fantástico día que tendría por delante, estaba realmente de muy buen ánimo.

El maldito simio ni se había aparecido en los últimos días en la corporación, lo cual lo tenía de excelente humor. Pues, como lo había previsto, a ese animal nada de las costumbres terrestres le importaban. Por tanto, no se aparecería ni de broma por ahí, con lo cual le dejaría el camino completamente libre con Bulma.

Ella definitivamente se daría cuenta que ese salvaje no encajaba para nada en su mundo, menos siendo quién era ella: la importante e inteligente hija de los Briefs, y heredera de una de las corporaciones más importantes de este planeta.

Cuando comenzó a arreglarse, su mente ya divagaba, no pensaba esta vez esperar mucho, tan pronto volvieran juntos la llevaría a una fantástica cena y le propondría matrimonio.

Volteó a ver a su cama, ahí descansaba la bella ojiverde Youmi, su sensual cuerpo se podía notar a través de la sábana que la cubría. La vio voltearlo a verlo aún adormilada.

—Tranquila preciosa, descansa el tiempo que quieras, tuvimos una noche alocada- le decía, ¡Cómo iba extrañarla cuando regresara con Bulma!, pero sabía no había comparación, la Ojiazul era algo sublime.

Ella se percató que él no estaba prestándole atención así que se levantó y arrojó la sabana al piso, mostrando su glorioso cuerpo que sabía lo enloquecía, Yamsha se sonrojó, ella lo atrajo con sensualidad. Vaya, me tocará baño de nuevo pensó el maliciosamente, mientras se dejaba seducir por esa adorable gatita...

Ya era pasado mediodía y el idiota de Yamsha que prometió llegar temprano nada más no aparece, pensaba Bulma, ¡Bah! No pasa nada, así avanzaré más rápido.

Su madre se acercó —Bulmita ya todo está listo, ve ahora a arreglarte para que estés lista a tiempo - le decía su madre, mientras le quitaba unos adornos de las manos.

—Venga ve, date otro baño, arréglate y cambia esa carita, verás que el apuesto Vegeta llega, aunque sea un ratito a tu fiesta, estoy segura- dejó caer su madre el comentario, como quien hablaba del clima.

Bulma se congeló en su lugar, abrió los ojos muy grandes y se sonrojó —¿De qué hablas madre? Me tiene sin cuidado lo que ese mono idiota esté haciendo en estos momentos – Bufaba una Bulma muy alterada, tratando de convencerse de que su madre no sospechaba nada.

El destino de un Príncipe /Vegebul / V.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora