El destino de un Príncipe /Vegebul / V.B

¿Qué fue lo que paso? Parte II

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Cuéntame al oído muy despacio y muy bajito,
porque tiene tanta luz, este día tan sombrío.
Cuéntame al oído, si es sincero eso que ha dicho,
o son frases disfrazadas esperando sólo un guiño.
Cuéntame, cuéntame...  - Cuéntame al oído, la oreja de van Gogh

Llevaba ya un mes de incertidumbre y metido en el infierno que estúpidamente yo mismo creé, desde aquel día que desperté al lado de Youmi, ese era el nombre de la chica. Hermosa, por cierto, toda una belleza.

Y aun así no se compara con lo que perdí. Es como si hubiera dejado el cielo por un pequeño oasis. Tan pronto la ví a mi lado, miles de imágenes pasaron por mi cabeza y rememoré todo lo que pasó el día anterior. Pero que carajos había hecho y lo peor como me atreví a hacer lo que hice, además enfrente de Bulma; intenté marcarle, pero nunca contestó.

Sabía que estaba muy enfadada. Aunque muchas veces escuchó y supo de mis deslices y por eso peleamos en muchas ocasiones, siempre terminábamos volviendo.

Sé que en parte fue porque jamás vio nada, así que esto era grave. Me atreví a ir a su casa, pero al parecer había dado la orden de no verme, ya que a pesar de estar ahí (sentí su ki), me la negaron.

Estaba desesperado, necesitaba de verdad hablar con ella, pedirle perdón y prometerle que eso no volvería a pasar. Después me encargaría de ese mono. Por ahora mi objetivo era recuperarla a como diera lugar.

Marqué a Yamsha y al segundo timbrazo contestó
—Hola Bulma- Me dijo, yo inhalé profundamente, antes de decir:

—Yamsha, tenemos que hablar, te veo en 2 horas más en el parque de siempre - Contesté.

Al inicio no sabía cómo iniciar la conversación, luego me dí cuenta que lo mejor era hablar directamente, era el camino más rápido de seguir.

—Claro, Bulma nos vemos ahí- contestó él.

No había más que decir, así que solo dije —Nos vemos entonces, adiós- Y colgué.

Después de un mes tan tormentoso, donde intenté por todos los medios hablar con ella, por fin mi princesa azul me marcaba, cuando vi su nombre en mi celular, pensé que estaba alucinando, pero de inmediato contesté.

Me arreglé lo mejor que pude, ya que este mes la había pasado mal, casi no comía, y bebía a diario, estaba hecho un desastre. Me bañé, vestí y salí casi con una hora de antelación a la cita. Estaba muy nervioso.

Iba realmente nerviosa, tenía sentimientos encontrados, realmente me había lastimado esta vez.
Quería verlo, pero estaba cansada de sus juegos, y aunque jamás pude comprobarle nada, solo los rumores que las revistas del corazón y lo que los cotilleos decían; hasta ahora.

Aunque en el fondo del corazón sabía que eran verdad, cuantas veces no lo caché con los ojos puestos en otras, y siempre me hacía la tonta y fingía no verlo mirar a otras mujeres.

Me acerqué despacio y en silencio, no me vio llegar, él estaba ahí, me robaba el aliento con tal sólo verlo, realmente se veía muy guapo, y muy nervioso.

Tras su bien arreglada apariencia, podía notar que había estado durmiendo mal, y comiendo aún peor, se notaba que estaba un poco más bajo de peso. Lo vi y mi corazón se entrujó.

Cuantos recuerdos de tantas aventuras vividas juntos. 10 años se dicen fácil, pero no lo son, cuántas alegrías, tristezas, travesuras y confidencias habíamos tenido. Ahí estaba él: Yamsha, el amor de mi vida, el único hombre al que había amado y al que me había entregado en cuerpo y alma.