El ajedrez saiyajin parte II

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Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

"Parece que el miedo ha conquistado tus ojos negros, profundos y templados, ¿Qué va a ser de ti? ¿Que va a ser de ti?
Panteras son vigilan mi destierro, me he condenado y en ellos yo me encierro, ¿Que va a ser de mí? ¿Que va a ser de mí? — Como un lobo, Miguel Bosé"

Planeta Vegita

El calvo Saiyajin había sido llamado muchas cosas en su vida, tales como asesino, demente entre otras, la mayoría de los sobrenombres que le ponían se los merecía y ganaba a pulso, pero algo que definitivamente él no era y jamás sería era el ser estúpido.

Desde que liberó a Radditz no había pasado por desapercibido su extraño actuar, y que últimamente pareciera que estaba ausente, perdido en su mente, y en ese momento con las cosas tan revueltas en la
base, tener al pelinegro distraído no era algo bueno.

Sabía que algo lo atormentaba y casi estaba seguro que ese "algo" era una mujer, lo cual lo preocupaba. Su miedo era que la fémina en la que el otro saiyan estaba pensando no fuera otra más que Bulma, y eso si sería una complicación mayor para todos.

Nappa no era de andarse con rodeos, así que decidió preguntar directo al pelinegro, lo mejor era dejar en claro la situación. —¿Entiendes la gravedad de la situación en la que estamos Radditz?

Con esa pregunta sacó de sus cavilaciones al otro
saiyan, el pelinegro alzo una ceja en señal de no lograr seguir el hilo de pensamiento de Nappa.

—Hemos vencido a los mercenarios y Vegeta a despertado, no hay más peligro ahora — en forma pausada y cautelosa comentó, no entendía de que iba todo esto pero le quedaba claro que algo se traía entre manos su compañero, lo conocía y no era de hablar solo por hablar.

El calvo saiyan lo miró inquisidor — ¿Acaso los golpes que te dio Vegeta fueron tan fuertes que te dejaron frito el cerebro? ¿No se te hace extraño que la cámara de gravedad haya explotado y que al poco tiempo llegaran esos imbéciles a intentar invadirnos?— mientras Nappa terminada de decir en voz alta sus dudas de lo acontecido, el pelinegro abría con clara sorpresa los ojos, su compañero tenía razón.

«¿Como demonios pasé por alto algo tan evidente?»

No tuvo que buscar mucho para saber la respuesta:

«Tights»

Se avergonzó de si mismo, su deber era para con su futuro rey, no debería desperdiciar ningún solo segundo pensando en alguien que claramente no pensaba para nada en él, y que posiblemente a esas alturas se hubiera olvidado completamente de que existía. Sintió una punzada en el pecho pero esta vez no permitiría estupidos sentimentalismos que lo vulneraban y lo exponían a la vergüenza de ser alguien débil, lo controlaran.

Él era un Saiyajin, «Follar con ella no quiere decir que exista algo más entre nosotros, acabé con esa rubia»

Respiró profundamente e hizo la promesa silenciosa de dejarla ir «¡Idiota! ¿Dejar ir? No se puede dejar ir a lo que nunca te perteneció»

Un dolor, punzante en el pecho por renunciar a intentarlo lo golpeó, respiró profundamente e hizo caso omiso, decidió  contestarle a su compañero — Tienes razón es sospechoso... Tú... ¿A quién tienes en mente? —mientras se obligaba a enfocarse en lo inmediato, hallar a los posibles traidores.

Nappa sonrió, —yo pregunté primero así que... Te escucho.

Radditz puso atención al problema que tenían enfrente, y dejó salir sus pensamientos — Tooma y Tottepo son leales , Caulifla me arrancará la cola si aunque sea en broma cuestiono su lealtad... ¿Qué hay de los otros saiyans?

El destino de un Príncipe /Vegebul / V.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora