El destino de un Príncipe /Vegebul / V.B

Entre azul y buenas noches. Parte I

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Todas las fronteras, todas las barreras,
todas las cadenas y candados que hay entre tú y yo; vamos a saltárnoslos. Todas las estrellas, todas las palmeras y la luz plateada de la luna llena esperan que demos un escándalo... - Entre Azul y buenas noches, Jeans

Al parecer todo está resultando mejor de lo que esperaba pensaba Vegeta. Los estorbos de
Radditz y Nappa se fueron tal como se los pedí, esos dos brutos solo funcionan cuando hay violencia de por medio, siempre ha sido así.

Ellos son solo los puños que ejecutan lo que la mente maestra, o sea yo indico. Así que, para los planes que tenía para la tierra, y para enterarme que tan avanzada estaba su tecnología, más valía mantenerlos lejos; ocupados destruyendo algo más en el universo.

No podía aun así creer mi suerte, ese Kakaroto definitivamente era un pelmazo jujuju. Él mismo
me facilitó todo, no solo para tener un lugar adecuado donde entrenar; sino me dio acceso fácil al lugar donde al parecer, según su gran bocota y la de la terrícola fastidiosa se encontraba la mejor
tecnología de este orbe de barro, jajajaja pobres diablos confiados.

Lo primero que hice al llegar fue notar con gran irritación que los estúpidos Namekusein se
hallaban ahí, ellos me miraban con horror, excepto el insecto de su raza que creció en este lugar,
el tal Piccoro.

Ése solo me miraba con odio, no tengo la culpa que en una de las peleas durante namekusein le haya dejado sin la mitad de su cuerpo, y que eso le haya generado mucho dolor al regenerarse jajajaja; de todas formas, ellos saben que no voy a tocarlos; no porque no pueda sino por así convenir a mis intereses.

Al poco tiempo que llegamos a la casa de la humana, la muy impertinente me dio reglas entre las que estaban no lastimar a nadie, ni amedrentar y menos matar; eso incluía mascotas, terrícolas y
namekus y cualquier otro alien que no fuera enemigo.

Maldita ¿Quién se cree esa insecta para venir a darme semejantes prohibiciones? ¿Acaso no sabe
que por menos de eso he matado a pueblos enteros? Por un momento me pregunto si tiene un
tornillo zafado y no mide el riesgo que hay al hablarme así. Total, por ahora me conviene fingir que acataré sus reglas.

Lo primero que hice al llegar es conocer el lugar y los horarios de todos, incluidos su padre y su
madre, al parecer el más brillante es el padre.

Definitivamente debe ser él quien es el genio, no
voy a creer que esa insulsa terrícola es un genio hasta no verlo. Por otro lado, está su fastidiosa
madre que siempre parlotea por todo, de mil cosas que no me importan, y parece siempre vivir en
otro mundo.

Pero descubrí algo interesante, diciendo lo mínimo de palabras puedo sacarle información valiosa de la otra humana de cabello azul, la dizque genio; y así puedo empezar a buscar su punto débil para ver como doblegarla jajaja, todo marcha según mis deseos. Aquí la únicamente mente maestra soy yo; soy un maldito genio.