Cacería

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Algunos días después mientras está cerrando la biblioteca, y se encuentra distraído por lo que sucedió con el señor Min en la cafetería; siente unas manos imposiblemente fuertes rodearle la cintura, y aunque por un momento se sobresalta, creyendo que algo está mal, un aliento cálido le golpea al oído, mientras YoonGi susurra que no tiene porqué temer, que está a salvo... a menos de momento.

Es un maldito descarado.

—¿Qué haces?—pregunta pues no es muy lógico que de nuevo esté por estas calles cuando lo dejó casi plantado hace algunos días, y de hecho creyó que no volvería.

YoonGi por otro lado cree que es una manera perfecta de iniciar eso.

—Te lo dije, cachorro..—le susurra al oído, mientras deja caricias pequeñas en su cintura.—Voy a cazarte..

Miente si niega que eso no lo ha encendido, sin embargo no ve como pueda jugar con él si nunca se ha permitido este tipo de encuentros.

—¿Qué se supone que haga?.

YoonGi deja un beso en su cuello antes de contestar.

—Corre..—está dejando caricias en su cadera, muy cerca de su entrepierna mientras está demasiado pegado a su trasero.—Si te atrapo me dejas tenerte como deseo, sino desaparezco de tu vida desde este mismo momento.

¿Qué demonios?.

—Eso es de niños..—se ríe, derritiéndose en sus brazos porque continúa dando besos en su cuello.

—Puede ser, pero te gusta.

No sé lo va negar, es excitante, y una prueba exacta de la cacería que tanto promete.

—¿Que gano yo?..

YoonGi sonríe antes de darle la vuelta para tomarlo de las mejillas y acercarse a besarle, metiéndole la lengua en la boca, y lamiendo dentro de manera lasciva. El contacto siendo tan avasallante que no puede evitar subir las manos a su cuello y corresponderle.

Entonces prosigue a escucharlo.

—No vas a ganar, pero si lo haces puedes pedirme lo que sea y no voy a negarme.

El más chico lo observa enternecido, con la respiración acelerada y temblando entero porque se le ocurre una sola idea para pedirle y aún así sabe que es una tontería.

—¿No vas a negarte?.

YoonGi asiente, dando otro lascivo beso en sus labios, que poco a poco lo tienen temblando.

—Te doy lo que me pidas.

El bibliotecario jamás ha vivido algo como eso así que asiente, apenas guirandose para abrir los cerrojos de la puerta y permitirle el paso, agradeciendo que estén solos y pueda hacer ese juego extraño a gusto.

—Cuando quieras..—le indica, y ve el momento en que YoonGi le suelta, permitiendo que proceda, no sin antes advertirle.

—Si te atrapo serás mío, y no podrás negarte.

Hoseok está consiente de ello así que al verlo cruzado de brazos, comienza a retroceder hacia atrás, como si realmente estuvieran en una casería que podría costarle la vida, y cuando ha avanzado lo suficiente, se quita los zapatos, y aprovechando que el lugar está en oscuridad: sale corriendo entre los pasillos, buscando perder su rastro.

YoonGi lo ve desaparecer entre las sombras y le parece tan excitante porque el chiquillo cree que como conoce el lugar no podrá encontrarlo, sin saber por supuesto que lo ha acechado durante tanto tiempo, no obstante se toma en serio el asunto y por largos minutos recorre la solitaria biblioteca, intentando captar con la poca luz de luna algún movimiento.

El sitio es precioso, las mesas están vacías, y por un momento se siente en calma, solo pensando en las mil y un maneras en que puede follar al chiquillo de largas piernas, y tenerlo de rodillas tragando la emoción que despierta en su cuerpo.

Lo busca con calma, encontrándose intrigado porque no lo escucha por ningún lado y no está en los lugares que serían predecibles, aunque eventualmente recuerda esas escenas de libros absurdos dónde muchas parejas se dan un cursi beso bajo las escaleras, lo cual le da una idea donde podría posiblemente haberse escondido.

—Debo admitir que me sorprende lo inteligente que eres—habla con fuerza mientras camina por el pasillo, intentando ser sigiloso y no dar señales de que ya sabe dónde se encuentra.

Apenas entra luz de luna desde las pequeñas ventanas del lugar, y a YoonGi le tiembla el cuerpo de deseo porque lo tiene tan cerca cuando llega al camino que lleva al segundo piso. 

—No eres tan predecible como para buscarte en la sección de fantasía y romance, pero eres perfecto para que te bese bajo las escaleras.

Se adentra rápidamente al pequeño espacio donde lo encuentra encogiéndose, como si estuviera realmente asustado de ser descubierto, y incluso grita atrapado en el momento.

Es tan jodidamente caliente y delicioso que no puede evitar tomarlo de la cintura y apretarlo a su cuerpo, deseoso de tenerlo porque ya tiene su consentimiento. Más que eso, el chico está gimiendo mientras también busca más contacto y se queja bajito por haber sido atrapado.

—¿Qué hice mal?.

YoonGi se ríe, dándole un voraz beso que le roba el aliento.

—Eres un cachorro—simplemente le responde.—Y he decidido cazarte.

Lo último de lo que son consientes es como lo ha empotrado en la pared, con las piernas enredadas en su cadera, y follándole la boca en un violento beso que hace que el hombre que jura no querer una aventura, le ruegue que no se detenga porque está demasiado encantado con el excitante contacto que los mantiene perdiendo la cabeza por largos minutos donde se enredan más de lo que deberían si no quieren caer en algo que eventualmente los destruya.

***

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Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora