Intriga

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Hoseok aún no sabe en que se está metiendo pero parece un adolescente cuando se despide de él, agradeciendo que lo haya traído hasta la biblioteca, como un novio común o lo que sea que signifiquen ahora que volvieron.

Además YoonGi está sonriendo e insiste en que se verán pronto, prometiendo una parada en altamar el próximo fin de semana a lo que el menor no pudo estar más de acuerdo.

—Estás ilusionado—Taehyung afirma cuando pasó a verlo a la oficina pues hasta hace unos días no parecía querer volver con él.—No sé que te hizo pero debe interesarte mucho como para que le hayas perdonando.

Las mejillas del rubio se sonrosan porque aunque Taehyung estuvo a su lado estas últimas semanas durante la ruptura; no le ha dicho los verdaderos motivos de la misma, y aún no quiere hacerlo pues es un tema delicado al que sabe que no puede involucrar más personas.

—Lo hemos arreglado, y haremos lo necesario para poder funcionar—explica simplemente, ya que puede arriesgarse a perderlo todo pero jamás a lastimar a los demás. —Saldremos este fin de semana.

Taehyung le sonríe, porque realmente le agrada verlo tan ilusionado y tuvo la oportunidad de conocer a YoonGi durante ese viernes en la noche; notando que este también desea lo mismo.

—En tanto no te lastime estoy feliz por ustedes.

Hoseok solo espera estar haciendo lo correcto, y que no tenga que dar verdaderas explicaciones si esto llega a dañarlo.
 





🍷🍷🍷




Por la tarde sonríe como un tonto al ver llegar a YoonGi de nuevo a la biblioteca aún cuando no quedaron en ello, ya que el hombre parece también ilusionado por tenerlo y no puede evitar pasar de las advertencias que deberían indicarle ir lento.

Lo recibe encantado, pasándole los brazos sobre el cuello: para luego darle un cálido beso, fascinado con que haya venido a verlo.

—Cena conmigo—YoonGi le pide, con los ojos neutros, y a la vez chispeantes de emociones; logrando que sea imposible negarse a hacerlo.

Más tarde están regresando a la mansión donde vive, y aunque el contexto aún le da un poco de miedo; Hoseok se obliga a mantener la calma disfrutando saber más detalles sobre la vida tan inquietante que su amante lleva, y no pudiendo evitar atosigarlo a preguntas aún cuando rápidamente las respuestas le aterran.

Quizá es que está verdaderamente ilusionado por volver a verlo pero pasa por alto la atención de tantos empleados y las llamadas que llegan al teléfono del mayor mientras están cenando.

Llamadas que no contesta por respetar su compañía, y que no pueden evitar llenarlo de intriga.

—Puedes hacerlo, han insistido mucho.

Pero YoonGi niega, no creyendo que sea justo trabajar mientras su amante está en la mesa.

—Si es algo importante Jungkook me informaría.

Quedándose más tranquilo Hoseok asiente, y realmente se esfuerza por actuar con normalidad mientras terminan la cena, disfrutando su compañía y esas atenciones que últimamente nota más seguido en el trato que le brinda, no obstante algunos minutos después son interrumpidos por una voz grave y molesta que entra llamando casi a gritos para que se le atienda.

—¡Pareces un puto dictador, solo respondes cuando se te da la gana!.

Hoseok está nervioso al escucharlo, sin embargo ve a YoonGi rodar los ojos sin darle importancia y al sujeto sentándose frente a la mesa.

Se trata de un hombre notablemente mayor que ellos, de cabello oscuro y bonitas cejas, con los ojos cansados y algo inquietos como si de pronto no durmiera en días o hubiese trabajado mucho toda su vida. Aún así muy apuesto, y con simetría perfecta en su llamativa mirada oscura.

—Mi padre —YoonGi explica, haciendo que se remueva más inquieto ya que todo realmente es increíble desde que aceptó que regresara en su vida.

—Tienes una bonita cara de muñeca—el intruso dice, refiriéndose a su persona, y YoonGi no parece molesto con que se presenten. —Ya veo porque mi hijo ha perdido la cabeza.

El menor se encoge en su asiento, tan avergonzado de la manera en que lo está mirando pero a la vez sintiendo su energía magnética, casi juguetona, que no le envía señales de alerta apesar de su conducta.

—No le hagas caso—YoonGi de nuevo toma la palabra. —Solo ignóralo. Eso hago yo.

—Pero si soy encantador, ¿O qué opinas tú, dulzura?.

Hoseok le sonríe, realmente aceptando su encanto y notando lo parecidos que son incluso en altura, y los ojos chispeantes de chulería.

—Lo eres, y es un placer conocerte. Soy Hoseok.

El viejo Min le devuelve la sonrisa, encantado con su valentía.

—Sé quién eres, el imbécil de mi hijo te cuida demasiado y nos cortaría las pelotas si dejamos que corras el más mínimo riesgo cuando no está en la ciudad.

Antes de que Hoseok reaccione a ello YoonGi responde, harto de su conducta.

—¿A que has venido?.

El viejo Min le mira desinteresado, como si solo quisiera molestarlo y no importara que hace unos momentos no paraba de llamarlo.

—Podemos hablarlo mañana—toma algo de comida de la mesa como cualquier fulano bajo la atenta mirada del menor quien no puede creer que lo haya conocido, y que además se porte tan confiado como si no fuesen extraños o criticara que hace metido en su casa y sus asuntos.—Disfruta tu luna de miel junto a tan bonito chiquillo.

—Padre, cállate.

—¿Para qué? Seok es un encanto—le regala otra sonrisa antes de salir del salón alzando el plato con comida, y Hoseok realmente siente que le agradó porque además lo despide con chulería.—Nos vemos luego dulzura.

—Adiós, señor Min.

Una vez que se quedan solos de nuevo quiere comentar lo mucho que se parecen pero YoonGi niega, porque todo es nuevo para él y aunque ama a su padre, e intenta ser un buen hombre para Hoseok, digno de incluso llamarse buen novio o alguna mierda de esas: no puede entrar a algo tan cursi como lo que eso representa.

—Ni siquiera lo digas—le advierte.

Y Hoseok ríe a carcajadas porque realmente está disfrutando esta experiencia.
 

***

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Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora