Cielo Rojo. © [YOONSEOK]

Turbulento

Seducido por la oscuridad de la noche YoonGi transita la ciudad con algunos asuntos pendientes en manos en los que estuvo trabajando todo el día, siendo siempre cauteloso en los pasos que da, cuidando su proceder y los detalles en las movidas en que se ve involucrado. Con un equipo infalible que cuida sus espaldas y Jungkook a su lado como un fiel compañero que aún en la tormenta permanece en su lugar.

No suele tener más problemas de los usuales dado a también ser temido en la ciudad, donde todo quien conoce de ese mundo cuida no meterse en su camino pues eso significaría ganarse un pase directo al infierno, sin embargo como cada cosa en la vida pueden haber fallas ya que esta es imprescindible y como las polillas a la luz: pueden ver su oportunidad escapar por la tentación de que no se pueden quemar.

El mayor no se encarga de entregar mercancía sino de realizar las negociaciones, por lo que es imposible que sea vea involucrado en peleas de territorio: no obstante tras cruzar la avenida del área donde tuvo una importante reunión: es molestado por un presentimiento que lo inquieta más de lo que debería. Y su intuición es tan perfecta que busca inmediatamente los motivos de tal acontecimiento: alejándose del camino previsto y ocultándose entre las sombras mientras saca su arma del bolsillo.

La calle luce solitaria, con solo sus hombres de seguridad alrededor, cuidando su espalda desde una distancia prudente aunque no lo suficientemente cerca como le gustaría. Pero eso no le impide cuidarse por si mismo y hacer una señal en su dirección para que estén atentos mientras se oculta, analizando el terreno.

Años de experiencia y ser el líder de su dinastía le permiten dar con el fallo pronto, contando exactamente las pocas personas a su alrededor y reconociendo las que están de su lado. No solo a su equipo de seguridad sino los lugareños que viven en ese vecindario, reconociendo fácilmente a quien no pertenece al lugar y parecen intentar fingir que si para acercarse a él.

Gira en un callejón solitario donde rápidamente es seguido por un hombre castaño de contextura delgada y ropas sencillas, que engaña fácil a cualquiera pero que no se ha salvado a su escrutinio, por lo que, es fácil someterlo en un momento rápido mientras intentaba atacarlo.

—¿Creíste que no me percataría de tu presencia?—lo empuja contra la pared, doblando su mano con fuerza, haciendo que sea fácil someterlo.—¿Pensaste que podías engañarme?.

El hombre niega intentando aparentar normalidad al saberse descubierto.

—Ni siquiera te conozco, no he hecho nada.

YoonGi ríe con arrogancia, deduciendo sus mentiras.

—Eso es obvio, todos aquí saben quien soy y no se atreverían a intentarlo.

—¿Un presumido hijo de puta?.

—Exacto. El que te hará ver a Dios de una paliza.

El hombre gira repentinamente empuñando su arma contra él al mismo tiempo en que YoonGi apunta la suya y ambos dejan escapar sin más los impactos.

Una bala roza su hombro, lo que aunque causa dolor no es tan impactante ya que está acostumbrado a ello, así que se permite acercarse al intruso quien recibió tres impactos en el pecho.

Armas y Min YoonGi no van de la mano ya que el hombre las usa sin remordimientos y no se limita a solo lanzar un impacto.

—Estás muerto—lo toma del cabello mientras da una parada al arma contraria y así alejarla del sujeto. —¿Quién eres?.

La sangre brota de la boca del intruso lo que no le da oportunidad de responder, evidentemente herido y agonizando así que YoonGi lo suelta y guarda su arma, esperando a su equipo que pronto se acerca donde está.