Tú otra vez

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Hoseok es consiente de que el momento lo dejó inquieto, de hecho admite que aunque disfrutó mucho al tener de cerca su cuerpo, no pudo evitar sentirse desolado cuando se quedó solo en el auto, sin embargo comprende que YoonGi en ningún momento le ofreció algo más que no fuera un juego, y aunque era consiente de que no es un hombre de encuentros ocasionales no lo obligó a nada que pudiera hacerle daño.

Así que concentró en recordar de manera grata lo sucedido, sonriendo travieso cuando regresó a la biblioteca al día siguiente y observó los lugares dónde estuvieron juntos, al igual que la mesa donde se llevó a cabo el encuentro.

No se lo dijo a nadie tampoco aunque sus amigos no lo juzgarían, sobre todo porque de hacerlo solo le daría cabida a pensamientos que solo terminarían haciéndole daño, y es que realmente no está acostumbrado a este tipo de citas, ni mucho menos a acostarse tan pronto con un hombre. En primera porque no tolera la falta de compromiso, y en segunda porque se ilusiona pronto, y no le gusta el “ya veremos”. Tener veinticuatro quizá tenga que ver con ello ya que no es ningún jovencito para estar con juegos.

Su última relación duró dos años y no continuó porque tampoco tolera los malos tratos y últimamente se veía envuelto en ello.

Es un hombre complejo, no obstante eso no quita que secretamente disfrute del deseo y se permita hacer destrozos en su cuerpo y en el de otros, por lo que lo sucedido fue un soplo de aire fresco que cumplió una de sus fantasías al ser literalmente cazado por un hombre que sabe manejar el deseo, pero nada más eso. Sin ataduras, o mensajes previos.

Grata es la sorpresa cuando dos semanas después lo ve entrando de nuevo al lugar en que lo ha conocido porque pensó que jamás lo vería de nuevo pues YoonGi dejó claro querer solo follarselo, sin embargo hacerlo es confuso, además de intimidante porque después de todo en ese momento se encontraba excitado y valiente, creyendo justamente que no lo vería otra vez, y ahora no encuentra manera de enfrentarlo.

El hombre además luce apuesto en una camiseta negra y jeans gastados, con una remera encima que hace juego a su atuendo.

—Señor Min, tú de nuevo..—murmura cuando lo tiene cerca, incapaz de controlar las sensaciones que le provocan tenerlo de frente de nuevo, y YoonGi le sonríe de esa manera tan discreta que algunas semanas le hizo perder la cordura.—¿En qué puedo ayudarte?. ¿Has venido por un libro?.

Los intentos por no sobre pensar las cosas, y mantener la prudencia son en vano ya que YoonGi se le acerca, tomándolo de la cintura y besando sus labios de una manera que aunque lenta es algo ansiosa, como si hubiese esperado mucho para hacerlo, lo cual le confunde porque en serio creyó que no lo vería de nuevo, no obstante se permite disfrutar tenerlo tan cerquita, y sube las manos a su cuello, entregándose al deseo.

No importa si va en contra de sus principios o sus reglas con los hombres porque este en particular le vuelve loco y no piensa perderse nada de lo que le brinda.

—He venido por ti—lo escucha decir una vez que se ha apartado lo suficiente para poder hablar, y maldita sea, como supone que no se ilusione si lo está tratando así.

Sin embargo no tiene fuerzas para rechazarlo y asiente, sonriendo apenas.

—¿Qué quieres?.

—Ven a cenar conmigo.

Al menor le brilla la mirada porque después de todo ha vuelto, y no tiene prudencia al aceptar y dejarse arrastrar a algo que eventualmente lo destruirá.

YoonGi lo guía fuera del lugar cuando ha dejado a un empleado a cargo de cerrar, y acepta subirse a un discreto auto BMW que pronto transita por las calles de Seúl, mientras observa de soslayo al hombre que juró que no quería más que una cita ocasional.

—¿A que juegas?—se decide a preguntar, haciéndolo reír porque evidentemente no ha creído su inesperada visita.

—Pensé que éramos intimos. Me dejaste follarte, no tengas pudor en acompañarme a cenar.

—Muy gracioso..

Aunque tiene las mejillas sonrosadas está sonriendo avergonzado pero no incómodo con su vocabulario, y presta atención cuando lo escucha hablar.

—Estaba por el lugar, y tengo hambre.

La verdad es que YoonGi tampoco sabe porque mierda volvió a él cuando sabía que no era un hombre de encuentros ocasionales, solo.. no se lo ha sacado de la mente y quiere meterse de nuevo en sus piernas.

—Pediremos comida para llevar y luego iremos a tu apartamento.

—¿Cómo sabes que vivo en un apartamento?.

Hoseok no parece inquieto ante su hosco trato y como no está ofreciéndole una cita, pero tampoco está curioso a que quizá lo haya investigado, así que contesta.

—Este sitio es usual para complejos y no propiedades.

No es como que importe y afortunadamente en ese momento al chiquillo le suena el teléfono y tras disculparse contesta, perdiéndose en una llamada de trabajo durante el tiempo en que YoonGi puede llegar a un Starbucks cerca de su apartamento y pedir la cena así como también su dirección, intentando fingir que no sabe hasta los pecados que cometió, y que si ha venido hasta él es porque conoce cada detalle de como y cuando distribuye su tiempo.

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Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora