Cielo Rojo. © [YOONSEOK]

Mi capricho

Se lo ha follado esta vez en el sofá de su apartamento después de traerlo, y aunque Hoseok aún no comprende como es que se siente tan cómodo a su lado, dejándose tocar de esa manera, no le busca explicación lógica ya que le echa la culpa a esa sonrisa encantadora y esos bonitos ojos pardos para defenderse. No importa si no está acostumbrado a hombres como él, o que sea un extraño obsesivo con los juegos sexuales porque no le hace daño, y le gusta tanto que se permite olvidar las advertencias que le gritan que corra lejos de él, no obstante tampoco se puede quedar callado después de que han tenido sexo así que decide preguntar.

—¿Qué soy ahora? ¿Tu polvo del mes?.

YoonGi le sonríe, captando su intento de aligerar el ambiente mientras disfrutan las hamburguesas que compraron, en un vago intento de rellenar el espacio donde no están follando.

—Yo diría más bien que eres mi capricho.

No negará que fue un tanto brusco, no obstante el más chico sabe que está bromeando, o a menos eso quiere creer.

—Tu nuevo capricho.. que romántico.

—Ahora, si no te gusta puedo largarme y buscar otras opciones.

Se ha pasado, y Hoseok tiene que mirar hacia otro lado para no permitir que le moleste, porque a pesar de que apenas le conoce sabe que no existe entre ambos ningún compromiso y no tiene idea de quién es si quiera como para pedirle uno, sin embargo tampoco le gustan los malos tratos así que no piensa quedarse a soportar sus comentarios.

—Lo he pasado muy bien pero tengo sueño. Por favor retírate.

Deja la envoltura de la hamburguesa casi terminada sobre la mesita de estar, y se prosigue a vestir simplemente con la camisa que traía puesta hace algunas horas, sin embargo YoonGi no parece captar que le está pidiendo que se marche, y toma para él el lugar.

—Me voy a quedar..

No es lo más normal del mundo y aunque se muere por preguntar porque mierda lo haría no puede evitar asentir, porque además el hombre se le vuelve a acercar, esta vez siendo más sutil en su contacto, y llevándolo hacia la habitación, como si se disculpara por haber sido tan brusco hace unos minutos.

Lo besa de maneras excitantes, que pronto lo tienen sollozando de placer, y le hace caer rendido en sus brazos sin poder negarse a tenerlo cerca por más que no puede esperar nada de él.

🍷🍷🍷

Más tarde cuando se ha dormido casi inmediatamente desde que terminaron de follar, seguro por el esfuerzo aunado al cansancio de trabajar: YoonGi lo observa inquieto, y es que no sabe porque mierda está molestándolo de nuevo cuando es claro que lo puede lastimar, sin embargo los deseos que siente por someterlo son más fuertes que la razón y ha cruzado la ciudad para verlo porque maldita sea, no se puede simplemente retirar.

Lo quiso tener desde el primer momento en que por coincidencia lo vio en esa biblioteca que vio nacer su pasión, y como además fue el lugar perfecto para iniciar una increíble conexión, aunque no una relación, porque le gusta mucho pero no se ve envuelto en clichés como los que seguramente está acostumbrado a leer, por lo que, dejar claro que no tiene mucho que ofrecer estuvo bien.

Sabe que no puede hacerle creer lo contrario pero no tiene que ser un maldito hijo de puta que lo trate mal.

—¿Que quieres?—pregunta al intruso en la línea que ha interrumpido su crisis existencial al llamarlo cuando evidentemente no está cerca de su parte de la ciudad.

La llamada sin embargo es válida porque su trabajo es especial y tiene tanto es manos que no se puede permitir perder la cabeza por un ratón de biblioteca con quién le gusta follar, así que toma sus cosas y sale del apartamento dejando como única huella de su presencia; los besos en la piel del precioso chico que le permitió entrar a su hogar, como si no temiera quien es, y sin preguntar acaso si es un asesino serial.

Quiere reír de hecho porque su mayor preocupación quizá es lo grosero que fue, y no las terribles cosas que le puede ocultar, lo cual es mejor si no quiere salir de esa situación lastimado de verdad.

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