Estás en mí.

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Mantener la calma no es algo que YoonGi pueda hacer en estos momentos, peor aún cuando las pérdidas en su fortuna son demasiadas y hay traiciones en su entorno. Traiciones que no tolera porque fueron las responsables de destruir su familia tiempo atrás.

No quiere repetir ciclos o que el mundo crea que pueden hacerle lo mismo.

No a él.

—Nombres, Jungkook. Quiero el nombre del o los malditos hijos de puta responsables de esto—le exige al menor, tan molesto porque no hayan avanzado que maldita sea, apenas puede pensar.

—Estoy trabajando en..

—No trabajas en una puta mierda, no has hecho nada.

Jungkook aprieta la mandíbula con rabia, sin perder los estribos ante su jefe pero tampoco contento de que subestime sus capacidades.

—Hubiera avanzado más si no le disparases a todo lo que se mueve.

A YoonGi le tiembla el músculo de la mandíbula.

—¿Qué intentas decir?. Me deshago de la basura que estorba.

Jungkook intenta conciliar la situación antes de perder la cabeza también y echar todo a perder.

—Debes dejar que trabaje mejor y no acabar tan pronto con mis rehenes.

YoonGi niega, tan harto de tener paciencia que no puede hacer más que irse contra él.

—No justifiques tu incompetencia con mis errores.

Y por más que Jungkook sea humano y sienta rabia al saberse subestimado: decide callar por el bien de ambos, y asentir, ignorando el mal humor de su líder.

—Entendido señor. No volverá a suceder.

YoonGi sale furioso de la habitación no creyendo como es que esta situación está arruinando todo a su alrededor







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Tan distraído como se encuentra solo puede pensar en refugiarse en ese cuerpo que lo vuelve loco, que no se cansa de besar y venerar con la más pura lujuria, así que llega al apartamento de Hoseok tan pronto como puede, dispuesto a en primer lugar a besarlo y más tarde invitarlo a cenar fuera. Sin embargo se lleva una enorme sorpresa cuando entra como un fulano que abre la puerta como si viviera en el lugar: y ve la sala ocupada con dos mujeres de hermoso cabello castaño y a su amante riendo junto a ellas mientras disfrutan de un café.

La imagen es un golpe de realidad potente que lo deja shockeado un par de segundos, no obstante se obliga a reaccionar ya que sabe que la interrupción de su presencia ha llamado la atención de todos en el lugar.

—Buenas noches..—saluda atentamente, sintiéndose un imbécil por no haber previsto la situación. —Lamento molestar.

Las mujeres le observan con curiosidad, respondiendo a su saludo mientras le regalan una sonrisa y muy dispuestas a llenarlos de preguntas pero afortunadamente Hoseok se pone en pie yendo hacia él.

Y YoonGi solo puede respirar tranquilo al ver su sonrisa, junto a lo increíblemente atractivo que luce en ropa casual y los pies descalzos.

—Yoon.. ¿Qué haces aquí?.

Este sonríe avergonzado de presentarse en su casa, ya que a veces se le olvida que el chico tiene familia propia y no debe irrumpir así en su tiempo.

—Lo siento. No tenía idea de que estabas con ellas—se disculpa en voz baja para que solo él pueda escucharlo. Por supuesto sabiendo que se trata de su hermana y su madre.

Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora