Cielo Rojo. © [YOONSEOK]

Inesperado

Aún está pensando las cosas y no ha hablado con Jungkook sobre la posibilidad de marcharse.

El chico también es su familia, su mayor apoyo después de su padre, así que es imposible hacer algo sin consultarle, pero eso no significa que no le haya contado lo demás.

Se está volviendo loco por Hoseok y han pasado dos días desde su discusión.

—Ni siquiera me contesta el teléfono. Y sé que lo arruiné pero mierda, quiero arreglarlo.

Jungkook no tiene tiempo para escuchar sus lamentos aunque sean válidos pues encuentra una coincidencia demasiado exacta con el presunto extranjero que los molesta con.. alguien cercano a ellos.

Es casi magia, como un cuento de hadas y un hechizo.

Se le congela el alma y el pecho late inquieto.

—YoonGi.. ve por él.

Este le mira confundido pero el tatuado se pone en pie y ruega que lo siga mientras analiza a su alrededor atento.

—¿Qué mierda sucede?.

—Confía en mí por favor. Están en peligro.

Por más que intentó sacarle un poco de información Jungkook se ha subido a la camioneta y no ha dudado en seguirlo ya que al parecer descubrió algo importante para él.

Aunque no entiende.

—¿Qué tiene que ver Hoseok en esto?.

Jungkook aprieta los puños con rabia, manejando rápido hacia el bar donde le han indicado que se encuentra su objetivo.

—Tienes que llevarlo contigo y dejarme trabajar. Te suplico que comprendas.

—Está con mi padre, no existe peligro alguno.

Niega, incapaz de confiar en las personas alrededor de su área.

—Por favor necesito que me creas. Solo sácalo del lugar.

YoonGi comienza a alterarse por más que confíe en su buen juicio.

—No puedo sino me dices que mierda sucede.

El tatuado estaciona el auto de cualquier manera y saca el arma del dobladillo de su pantalón, pidiendo que baje con él.

—Solo sígueme.

YoonGi no comprende una mierda pero obedece y entran al bar siendo rápidamente custodiados por varios hombres que lo cuidan.

Sin embargo todo se descontrola.

Hoseok está al par de su suegro mientras este le ofrece una sonrisa y parecen simples amigos compartiendo una copa, no obstante al verlo el caos se desata. Alguien dispara poniendo a todos en alerta.

—¡¿Pero que mierdas sucede!?—YoonGi grita, corriendo hacia donde están con Jungkook a sus espaldas, mientras resguardan a Hoseok que ha bajado la guardia casi cayendo al piso de no ser porque su padre lo abraza.

Jungkook por fin confiesa.

—Aléjate de él, Min.

El viejo Min los observa con atención antes de abrir los ojos con rabia.

—¿Qué mierda dices?.

Jungkook les está apuntando y no saben que mierda sucede. Todo a su alrededor es un caos de gritos, sus hombres están divididos, hay infiltrados incluso en el equipo.

YoonGi se acerca despacio, intentando unir los hilos. No creyendo que el chico les esté fallando. No ahora.

—Jungkook baja el arma por favor y explícanos que está pasando.