Torpeza

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Una vez que todo termina no puede evitar reírse nervioso, sobre todo porque jamás había hecho algo así, mucho menos había permitido tal confianza, no obstante se siente bien, con la piel hipersensible y el calor en sus mejillas, aún atado hacia el barandal de la cama, desnudo y con el cuerpo tibio.

El pecho le late inquieto, aún sintiendo mariposas dentro, a la vez que sus hombros reciben caricias y besos suaves por parte del mayor quien se acerca como un gato, restregando la mejilla en su hombro.

—¿Estás bien?.

Le está hablando con tanta suavidad que no parece el mismo hombre que dejó claro que solo quiere follarlo, sin embargo aún viendo las advertencias asiente, tan putamente limpio y con un corazón tan noble que no ve más allá de lo visible.

—Estoy bien..

YoonGi deja otra caricia en su hombro como un gato sosegado, antes de tomar impulso para levantarse y quitar el agarre de sus manos con delicadeza de no dañarlo, dejando luego un par de besos suaves en la zona, disfrutando el color rojo de su piel que debido a las precauciones no se ha lastimado.

Es un acto dulce.

El más chico sonríe recibiendo sus caricias, permitiendo que le ayude a recuperarse, resentido por el dolor en toda la extensión de sus brazos al estar en una posición incomoda durante tanto tiempo, pero sabiendo que valió la pena si el placer fue increíble.

—Resistes más de lo esperado—YoonGi se acerca a dejar ahora besos en sus labios, haciendo que se sienta estúpido porque sonríe como un niño ante un regalo.

—Ya te dije que no soy tan delicado.

El mayor cae a su lado, agotado por la actividad física y la increíble conexión que comparten, sintiéndose satisfecho de tenerlo esa noche en la cama.

—Te creo.

Le permite acercarse, rodeándole en un abrazo, mientras Hoseok también intenta recuperarse y observa el sonroso en sus manos así como resiente de manera placentera la hipersensibilidad en su cuerpo.

Se siente a gusto a su lado, aunque no negará que después del sexo es un poco incómodo quedarse callado y solo compartir miradas magnéticas así que decide romper el silencio.

—¿Vienes mucho aquí?.

YoonGi está descansando, respirando pausadamente después de lo que hicieron pero aún así contesta.

—No tengo mucho tiempo para viajar pero suelo venir cada cierta vez al mes. Sobre todo en verano.

Al bibliotecario le fascina escucharlo decir frases completas, así que se atreve a intentarlo otra vez.

—Es un bote precioso, debió costar mucho alquilarlo.

—Es de mi propiedad.

Abre los ojitos asombrado, porque si bien creyó que tenía dinero jamás imaginó que no alquilara este transporte sino que fuera suyo.

—¿Hablas en serio?.

Lo ve sonreír, recobrando energías aunque aún somnoliento.

—Lo uso solo en verano porque invierno es una cagada.

—Es afortunado. Una adquisición preciosa—apenas puede hablar, no queriendo tocar mucho el tema ya que no tiene más que asombro para mostrar hacia ello.—¿En invierno que haces?.

—Dormir.

Es una respuesta bastante lógica que lo hace sonreír y dejar un empujón en su pecho.

—Aparte de eso.

YoonGi bosteza, agotado por el viaje y las horas de sexo pero deseando responder a sus preguntas y darle la atención que merece.

—Me gusta el frío así que después de trabajar suelo encerrarme a ver televisión y dormir.

Esa idea le gusta más.

—¿En qué trabajas?.

Hay un momento de silencio entre ambos por un momento con el menor expectante a su respuesta, no obstante YoonGi es un hombre encantador que sabe cómo manejar la situación a pesar de recién conocerlo.

—Contrabando de armas y drogas.

Tiene ojitos pequeños que se abren con emoción cuando está contento y Hoseok se ríe encontrándolo adorable, como si no fuese un depredador que puede volverlo loco de placer, y muchas veces frío como la nieve.

—¡Estoy hablando en serio!.—le regaña, haciéndole reír confiado.

—Yo también.

—¡Ah!—se desespera porque realmente es un hombre que ve lo que parece en una persona, cree de hecho que está bromeando, y suele cometer muchas torpezas cuando confía en lo que le dicen.—Eres imposible, y estoy cansado.

YoonGi se incorpora, dándole una caricia a su cabello.

—¿Tu bonito culo ya tuvo suficiente de mí?.

Lo hace sentir avergonzado pero tan increíblemente feliz que no puede evitar cubrirse el rostro con sus pequeñas manos.

—No seas tan insolente, solo tengo sueño y sed.

—¿Eso significa que puedo follarte una vez más?.

Se ríe otra vez, aventándole una almohada encima, haciendo a YoonGi reírse a carcajadas para luego acercarse a dejar un beso en sus labios.

—Ya, lo pillo. Iré por algo de beber para ti, y luego podremos descansar. Ha sido un día pesado.

—Eso me gustaría mucho, Yoon.
 
Le sonríe aceptando el beso como si fuese el tesoro que muchos buscan en el océano cuando en realidad está en la cubierta y se encuentra frente a sus ojos, evitando con torpeza una situación que puede destruirlo por creer que se encuentra en otra realidad.

***
 

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Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora