Conexión

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Por la tarde siguiente está trabajando en su oficina ubicada en el segundo piso de la biblioteca, más tranquilo respecto al asunto de su madre ya que esta se encuentra descansando en casa y lo sucedido solo ha sido un susto que no trajo más consecuencias, sin embargo no puede evitar sentirse cohibido respecto a que YoonGi de alguna u otra manera se involucró en ello.

Es confuso porque el hombre ha dejado claro que no son más que sexo, pero ahora está pagando las cuentas, y enviando flores a su madre.

Min YoonGi es un misterio.

—¿Pensando en mí, cachorro?

Esa voz gruesa lo sorprende, haciendo se sienta avergonzado ya que pierde la noción del tiempo cuando lo recuerda, no obstante niega intentando recomponerse mientras ve hacia donde se encuentra entrando a la oficina como si nada, con sus jeans ajustados y una polera negra.

—Estaba trabajando.

Lo siente acercarse y no puede evitar echarse hacia atrás en la silla giratoria, esperando su presencia que no tarda pues YoonGi casi se le sube encima cuando le da un beso travieso cargado de lujuria, demostrando que es un placer volver a verlo.

No puede evitar subir las manos a su cuello, acercándolo más a su cuerpo, no importando si hace apenas dos días lo tuvo porque existe entre ambos una conexión muy placentera que es imposible de evitar.

YoonGi lo besa con soltura, tentando sus terminaciones nerviosas y haciendo que tiemble su corazón.

—¿Cómo está tu madre?.

Abre los ojitos observando hacia los suyos, encontrando eres iris claro, más calmado, conteniéndose de no mostrar emoción alguna.

—Está bien—contesta avergonzado, con las mejillas sonrosadas.—Se lastimó el tobillo y el rostro pero nada de gravedad.. por cierto, ¿Pagaste la cuenta?.

YoonGi asiente, marcando una distancia prudente entre ambos mientras se sienta en la esquina del escritorio, importándole una mierda que esté trabajando.

—Si.

—¿Por qué?.

—Porque si.

Es confuso, YoonGi es experto en hacerlo perder la cabeza, y no puede creer que haga cosas como si no importaran, sin embargo tampoco puede enojarse con él ya que después de todo ha sido un detalle, el primero que recibe de su parte, y no puede sentirse más que cohibido con ello.

—Te lo agradezco..—siente la sangre subir a su rostro, evitando su mirada.—Aunque no tenías que hacerlo.

El mayor le resta importancia, prosiguiendo a acercarse otra vez a besarlo, metiendo la mano en su largo cabello rubio para poder someterlo a gusto.

—Pedí que nos trajeran el almuerzo, pero antes déjame probar ese bonita boca.

No puede negarse, permitiendo que una vez más el señor Min lo tome a su voluntad, en un beso cálido, lleno de añoranza, con más calma que en otras ocasiones, esta vez en un lugar tan especial donde suele trabajar cada día. Explotando una conexión tan increíble que solo han podido descubrir al aventurarse a explorar lo desconocido, como si no temieran salir lastimados.

—Traje algo para ti.

Hoseok escucha atento y se sorprende cuando lo ve sacar de su bolsillo una cajita redonda de color azul que al abrir muestra un precioso collar de perlas blancas.

—Yoon..

—¿Te gustan? —YoonGi ni siquiera le deja reaccionar cuando está sacando el collar para ponérselo lo que hace al más chico sonreír apenado.

—Me encanta—sin embargo lo recibe encantado y sin poder evitar sonreír por los primeros detalles que está obteniendo de su parte aunque este en particular sea muy costoso.—En verdad gracias..

No sabe que más decir pero afortunadamente YoonGi toma el mando de la situación dando pasos gigantes en su relación.

—¿Que harás el fin de semana?—le pregunta, bajando la guardia ante su sonrisa, mandando a la mierda toda prudencia pues no ha tenido suficiente de él como para dejarlo.

El más chico sonríe hacia él, apenas recuperando los sentidos después de un beso tan especial y del regalo tan costoso que le ha dado.

—Estaré en casa.

—Saldrás conmigo.

Se ríe, porque es un hombre exasperante, que parece siempre controlar todo a su alrededor, incluida esa extraña relación que sostienen, no obstante le fascina porque no se parece a ninguno con quien haya salido, y le fascina que siempre desee verlo, no importa si apenas le da de comer y se encierran en la habitación, no conversando sobre nada más que no sea sexo, o perdiéndose en el mismo, porque está intentando no esperar nada de él y no debería sonreír como lo está haciendo.

—¿A dónde?.

YoonGi también sonríe, dominado por la increíble conexión que su cuerpo despierta, antes de dejar salir los planes e intenciones que desea para él.

—Haz una pequeña maleta, te llevaré a un lugar especial.

Lo que sea que eso signifique para un hombre que ha tenido todo y solo lo desea a él como única fuente real en un mundo que le pertenece.

***

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Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora