Cielo Rojo. © [YOONSEOK]

Tan cerca

Hoseok está trabajando en la nueva exposición literaria que tendrá en la biblioteca, donde tiene una gran responsabilidad al exhibir el nuevo libro de uno de los autores más exitosos del último año, ya que además este ha confiado en él para exponer su trabajo y traerá buenas ganancias al lugar.

Se encuentra de hecho despidiéndolo con una tierna sonrisa en su estado natural, y luciendo tan atractivo que YoonGi gruñe cuando lo ve.

Al pequeño le tiembla la sonrisa solo un par de segundos al reconocerlo, antes de colgarse de su cuello, invitándole a pasar a la oficina mientras pierde de vista al escritor que ya baja las escaleras rumbo al primer piso.

—¿Qué haces aquí? —cuestiona, sintiendo las manos de YoonGi apretar su cintura, resentido al saber que estuvo encerrado con un hombre que no conoce.

—Vine a verte. ¿Quién era el intruso?.

Hoseok cierra la puerta volviéndose hacia a él para darle un beso cálido, disfrutando tenerlo cerca aún cuando el hombre es hosco y a veces suele dar malas respuestas.

—Un autor que exhibirá su obra aquí este fin de semana. He trabajado mucho en esos detalles y ha venido a ver como va todo.

—No me agrada.

YoonGi deja besos suaves en su cuello llevándolo al sofá para sentarse y subirlo a su regazo, mientras el chiquillo enreda las manos en su cabello y le regala una sonrisa.

—Es trabajo, amor—se deja besar, ilusionado por como aún pese a todo YoonGi lo ha venido a ver y es más cálido con él.—Te invito a que seas mi cita esa noche.

YoonGi le observa con un leve sonroso en las mejillas porque jamás tuvo una cita y nunca se vio de la mano con nadie que no sea él, pero no ve porque no pueda aceptar.

—¿Este fin de semana?.

—El sábado—Hoseok sonríe, y afortunadamente acuerdan verse para llegar juntos al evento.

🍷🍷🍷

Más tarde cuando se han marchado al apartamento YoonGi aún está esquivo, pero ha dejado de lado los celos de hace unos momentos, lo que le hace sentir alerta porque significa que algo más perturba su mente.

—¿Te sientes bien? —observa de soslayo donde el mayor se encuentra sirviendo la mesa pues están apunto de cenar.

Y afortunadamente YoonGi responde, no escondiendo sus problemas y abriéndose más a la relación que están teniendo.

—Fue un día de mierda.

Luce decaído, lo que no es usual en él, pero Hoseok además de valorar su sinceridad; se preocupa por su estado, deseando sanar las heridas que tenga y castigar a quien sea que lo ha molestado.

—¿Quieres contarme?. ¿Puedo ayudarte en algo?.

YoonGi asiente, tomando los fideos para comenzar a servirlos mientras Hoseok limpia la estufa y se lava las manos para luego sentarse en la mesa.

—Perdí mercancía valiosa y mucho dinero en estos días. Hoy me confirmaron que no hay nada que hacer para recuperarla.

Hoseok asiente, inquieto a la gravedad de sus problemas y como estos incluyen tan alta delincuencia, no obstante empático a que para él es importante y que de alguna o otra manera le afecta.

—¿Cómo se pierde algo así, amor?.

El mayor le explica con paciencia que el evento sucede cuando un auto transporta la droga y por alguna circunstancia se desvía, saliéndose de ruta tomando un camino que no es lo planeado, y que es difícil saber donde terminó.